No estas lista para el amor,
sólo requieres cariño pasajero,
atenciones temporales, remedios caseros,
reuniones banales, corazones marchitos.
Llega la claridad de saber,
algo que escondía de mi,
de mi propio juicio maduro,
de tu cariño a sexo seguro.
Necesitabas tan poco
y te ofrecí tanto,
que te fue insuficiente.
No era yo lo que requerías.
Te daba poesía, y querías sólo letras,
te ofrecía compañía y buscabas calor,
Cada cual a su manera, era cliente del dolor.
No estas lista para el amor,
no sabes qué significa la lealtad,
la madurez de la certeza posible,
ignoras el significado del compromiso.
Pides amor a gritos como todos,
pero te conformas con compañía.
Con la inmediatez de lo divertido,
con lo instantáneo de un mensaje.
No estas lista para el amor,
y lo peor o lo mejor acaso,
es que no sea tuya la culpa,
todo llega a su debido momento.
Porque te di una luna de musa,
mientras tomabas un néctar de ilusa.
Temporal, efímero, momentáneo es todo.
No hay sitio alguno para la eternidad.
Llegará el momento en que lo sepas,
pero no habrá arrepentimiento alguno,
no verás con esos ojos maduros,
lo que hicieron en mi todos los años.
Y cuando por fin estés lista entonces,
espero llegue a tu vida algo más que el deseo,
mucho más allá que la falsa expectativa,
y el sueño realizado, que llegue lo merecido.
Estaba equivocado, debo reconocerlo.
Supuse serviría el fatuo intento por ser,
algo que en su momento no pude reconocer,
el premio de lo prohibido, que si pudiste obtener.
No estás lista para el amor,
pero te deseo siempre lo mejor.
Valga esta vez por la rima absurda,
para esperar por lo que resulta. |