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Calvario parte 1
De prisa se levantó para ir a trabajar, su esposo Gregorio dormía y roncaba terriblemente. Blanca entra a la fábrica a las 7 de la mañana y sale a las 8 de la noche. Preparó su desayuno y se fue, en el camino se encontró a su querida amiga Ramona quien trabaja con ella en la misma fábrica.
El dueño de la fábrica es un hombre déspota, que maltrata a todo el personal y no les paga lo quedado. Fabián llegaba a las 9 de la mañana, todas las trabajadoras tenían que estar trabajando lavando pescados. Todas le temían por sus malos tratos, pero se sabía que se tomaba a sus consentidas que le pagaban con favores un aumento de sueldo. Trabajando día y noche ni Blanca ni Ramona recibían un aumento de sueldo y mucho menos un ascenso.
Ellas dos eran grandes amigas. Ramona le gustaba tomar casi todos los días y Blanca la iba a buscar a las cantinas para sacarla y llevarla a su casa. Le prestaba dinero y no se lo pagaba. En realidad Ramona no era una buena amiga.
Blanca buscaba desesperada cremas, lociones, jabones para quitar el olor a pescado. Todo el cuerpo pero en especial las manos le olían a pescado. Todo su mundo era oler a pescado muerto. Eran toneladas las que ella y todas sus compañeras tenían que limpiar. Sus piernas llenas de varices por estar parada más de 10 horas, la columna lastimada y las manos llenas de llagas.
En casa, Gregorio no hacia el mínimo esfuerzo por buscar un trabajo, vivía con el poco sueldo de Blanca, a pesar de ser un buen electricista nunca tenia trabajo. Vivían en un pequeño cuarto de un lote baldío.
Después de una larga jornada de trabajo de nuevo Ramona se desapareció de nuevo de la fábrica tenía más de dos semanas que pasaba lo mismo. Llegaba tarde y al parecer ya no se iba sola de borracha. Fue un lunes cuando Blanca se llevó la sorpresa de su vida. Ramona vestía un traje muy feo pero que era elegante. Ella estaba arriba en la oficina de Fabián. Era fácil sospechar lo que estaba pasando, Ramona tenía rato que se entendía con su jefe. Desde ese momento se olvidó de su amiga que le prestaba dinero, la maltrataba, escuchaba sus penas y la rescataba de los bares para que los hombres no se aprovecharan de ella. Todo eso había quedado en el olvido.
Continuara…
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Texto agregado el 15-09-2014, y leído por 160
visitantes. (2 votos)
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Lectores Opinan |
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28-09-2014 |
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Mmmm,Blanca una buena mujer de la que el marido y la amiga abusan.
Este cuento pinta para muy bueno,como los otros que has escrito.
En los trabajos es muy común que los jefes hagan con sus empleadas lo que desean;claro que ellas son las culpables,o quizás la falta de dinero,esto último no lo creo;pero bueno*****
Un abrazo
Victoria
El pescado es horrible,porque se impregna. 6236013 |
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