No era necesario callar
ni decir tu nombre
ni vestir el desorden
que tu presencia causa
no era necesario olvidar
forzar ese engaño,
amores insanos velan
adorando la espera.
No era necesario cerrar
apretar los ojos siquiera
porque esta nueva demencia
te mantenía igual,
no era necesario reclamar
hambrear tus pasos
en el despoblado de mi alma estás
y nadie mas, reina.
No era necesario doblegar
tus manías desobedientes
ni la libertad que te malcría;
ni lo que eres.
No era necesario ni el rechazo
ni el silencio, ni el adiós
ni la espina en el talón
que el tiempo observa y niega,
no era necesario un porqué
ni el principio, ni el final de esta paz
porque de todos modos vas
por el caudal, de mis sueños pobres.
Texto agregado el 13-09-2014, y leído por 93
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