Cinco concertados in vinolenta causa tienen la suficiente fuerza para derribar a un hombre honrado. Y es que el vino también existe. No obstante, lamentablemente para ellos, alguien se tomó la molestia de inventar el pergamino y la escritura, que también tienen la suficiente fuerza como para reedificar al hombre de marras.
Aquel día en la cueva, cuando la alternativa para edad de piedrix era abandonar la gruta y al clan al abalanzarse sobre él los cinco agraviados, por sus sutilezas, de turno, en lugar de usar el hacha contra los agresores- y vista la expectativa que tenía de salir del paso de aquella manera- hizo una seña en la pared. Pues bien, el misterio también cuenta, y aquella especie de equis le salvó la estancia. Todavía- conservada en modo de pintura rupestre- suscita la curiosidad de los científicos la significación de aquella runa sobre la pared. El origen del alfabeto fue aquel gesto que perseguía un fin hipnótico.
Viene al cuento de que el hecho tiene parangón en la actualidad. Hay que seguir con gestos hipnóticos y misteriosos para persistir en este mundo en que los espíritus refinados parecen siempre tener los días contados para, al menos, continuar en espera de otra oportunidad mejor.