Esta mañana caminas etérea
Casi, casi como un sueño
Por las calles de la vieja ciudad.
Opacas al tibio sol con tu esplendor,
Mientras mueves las caderas
Como doradas mieses agitadas por el viento.
Soy, me confieso
Un esclavo de tu belleza,
Un pobre payador de tu hermosura;
Para que sean otros
Los que se desvelen
Por encontrarte
Alguna vez
Derramando tú encanto
Por las calles de la vieja Lima.
Texto agregado el 10-09-2014, y leído por 149
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