Mi papá, como todos los zombies no hace nada en la vida. Sólo se dedica a ir de un lado a otro sin tener un claro destino. Siempre vive díscolo porque cuando él llega al apartamento, yo no he lavado la loza. Así como sus ascendientes eran zombies, él decidió continuar la tradición; es como si hubiera recibido la herencia de la reproducción, como si no hubiera podido detener su instinto malévolo de reproducirse. Él al igual que todos los zombies, se siente bien cuando se come a un cadáver, ya sea un pescado, un pedazo de gallina, de vaca o de otro animal. A él no le importa si el animal sufrió o no sufrió, sus ojos no le permiten ver que estos animales sienten el mismo sufrimiento que nosotros.
Sus palabras repetitivas de todos los días lo convierten en un zombie hecho y derecho. Pues por lo general los zombies sólo saben decir unas pocas palabras, tales como “cerebro”, “me gustas” “quiero comerte” y nada más. Mi padre hace lo mismo que estos personajes, por ejemplo, él me llama por teléfono, como puede llamar cualquier otro zombie y me pregunta: ¿le llevo algo de comer? Siempre que me llama, me pregunta eso, como lo hacen los zombies de la cotidianidad. Él practica la fisiatría, es decir, le gusta comerse a los animales al natural, con todos sus elementos. Por ejemplo, cuando se come un pollo, se lo come con todas sus cosas, en esto se incluye la piel del animal.
Cuando suena el teléfono en el apartamento, él no es capaz de contestar, porque los zombies no tienen la capacidad de coger un teléfono y además no saben decir: Aló. Con mucha dificultad pueden decir: “cerebro” y otras pocas palabras más. Él nunca está pálido, siempre conserva los mismos colores en sus mejillas, de la misma forma que los zombies siempre viven en el mismo humor; esto significa que siempre están deseosos de comerse a los demás, sin importarles el criterio de los otros. Mi padre no quiere rehabilitarse, no quiere deszombificarse, parece ser que así se va a quedar hasta su muerte. Comiéndose a los animales hasta el último día de su vida sin poder detenerse.
Adicionalmente mi padre es un zombie con una gran ética. Pues no se quiere comer a los de su misma especie, es decir, a otros seres humanos. En su conciencia él considera que debe respetar a los de su misma especie, pero no tiene ningún problema en irrespetar a los de otra especie, tales como animales con sistema nervioso complejo y si pudiera, también se comería a los extraterrestres en el caso de que llegaran a venir a invadirnos. En la ética extraterrestre puede suceder lo mismo, posiblemente los extraterrestres se respetan entre ellos, pero es posible que se coman a los animales de sus respectivos planetas y si llegan a venir al nuestro, nos comerían también; pues para ellos eso no es ni pecado, ni ilícito, ni criminal; eso hace parte de su forma de ver la vida, de su forma de percibir el universo. Creo que mi padre se va a morir, sin entender el crimen que es comerse a un animal, haya sido o no haya sido torturado, pues es un cadáver. Al igual que muchos de ustedes van a morir sin entenderlo. |