El poeta está abatido,
derrotado
abandonado;
sus letras tristes y perdidas,
teñidas de un carmín que invoca al luto.
El óbito descolora sus ojos,
su mirada se llenó de vacío.
El dolor es un traje de gala que viste
cuando su procesión destina al abismo.
Un rostro tergiversado por la sombra de la noche
fue el papel donde veleidoso escribió su historia.
Las líneas de sus manos revelan los versos
que plasmó la derrota cuando cayó en la guerra contra sí mismo,
contra el espejo del tiempo su alma perece.
Su deseo fue el letargo para su destino
cuando le fue revelado en el sortilegio lunar.
Su pecho…
su pecho maldito y perforado
por el hilo de su voz entrecortada.
Sus pasos lentos y titubeantes
son poemas de sus ganas cansadas
y arcanos dormidos.
Alejandro Ornelas
Texto agregado el 09-09-2014, y leído por 138
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Lectores Opinan
09-09-2014
Creo haberte leído este texto antes, pero sigue siendo muy bello. -VIGIA-