Queridos lectores. Recién recibí noticias de mi buen amigo Alexandrocasals, quien se encuentra refugiado en México. Se las paso a Uds. sin comentar ni una palabra.

Hola amigo Castillo.

Me parece que esta exagerando, la única salida extraparroquial que hicimos sin sotana, fue a un santuario (de la cumbia) en Pasco y Salta. La sorpresa fue grande cuando nos encontramos que en el famoso templo hay una iglesia de los testigos de jehová. Claro, no andábamos por ahí desde los principios del 70 vió? Nos dimos cuenta porque la música no era del Cuarteto Imperial.

Hablando de cumbia... ¿Sabe con quien me encontré en mi viaje a Bs. As del 2012? Con mi querida amiga Martita Lopez (más conocida en la página por silvimar).

Le aclaro que fue antes de irme de vacaciones a Guantánamo, vió? Resulta que anduve por Chascomus por un negocio. Tenía unos muchachos amigos del lugar, pescadores ellos, que me vendían pejerreyes al por mayor para colocar en los restaurantes de la Capital. Pescaban en la laguna con red hasta que los pescaron a ellos. No los encontré, me comentaron que por vergüenza se alojaron en la ciudad de Olmos. Como andaba con tiempo decidí darme una vueltita por la costanera y después me fui al "Nuevo Hotel Colon" donde había reservado un suite.

A la mañana siguiente, ya que estaba al pedo y era sábado, me acordé y se me dió por preguntarle a la recepcionista si conocía a una tal Marta Lopez.

-¡Como no voy a conocer a la Musa Lagunera! Estudiamos en el taller literario "El Mojón", ella es la secretaria de la SADECH -dijo

-¿Y que es la SADECH? pregunté

-La sociedad argentina de escritores de Chascomús y... ¿De donde conoce a Martita, si usted no es de estos pagos?

Intentar explicarle que la conocía desde añasos de la página hubiese sido inutil. Además, no queria que me identificaran (por el tema de los pejerreyes, vió?) Le dije que era un primo lejano de Lomas de Zamora.

Gentilmente, esta señorita me indicó que Marta vivía en una antigua casa colonial sobre una calle de empedrado gris. En el frente de la casa había dos arboles desnudos y siempre se olía a tostadas o a dulce de ciruelas casero. Y que se pasaba el día sentada en una silla vieja chusmeando por la ventana (inspirándose para escribir poemas, pensé) Para más datos, enfrente había una ventana con rejas y cortinas tejidas al crochet y detrás, una vieja siempre espiando.

No fue dificil encontrar la casa. Le golpee la ventana. Primero se sorprendió y después largo una carcajada y salió corriendo a abrirme la puerta. Me reconoció a pesar de la cirugia que me había hecho después del mundial de Sudáfrica (por precaución, vió). Nos abrazamos, besamos y lloriqueamos un rato. Acercó otra silla destartalada a la ventana y nos pusimos a charlar y tomar mate hasta la tardecita.

-¿Te acordás donde era "Timbal", la discoteca frente a la laguna?;ante un sí de mi parte, continuó -;bueno, ahora hay una bailanta donde va gente grande y esta noche me acompañás... sí o sí.

-Si... pero...

-Nada de peros, se que no tenes un mango, pago yo. Cenamos en "Tiburcio" y después, caminando despacito para hacer la digestión, nos vamos a la bailanta.

Y así fue. Cuando llegamos estaba lleno. La saludaron todos (a mi también, en Chascomús la gente es muy simpática, vió?)

Mi sorpresa fue grande cuando un muchacho desde el escenario anunció:

¡Señoras y señores! ¡A toda cumbia!¡Hoy aquí... ¡Martita! ¡La musa lagunera! Acompañada por la ¡Sonora Gándara! Un cerrado aplauso hizo notar la presencia de centenares de personas ansiosas por disfrutar del espectáculo.

Ataviada con una falda de cuero roja con un tajo hasta arriba de la rodilla, zapatos con tacos altos y medias caladas, apareció Marta. Blusa blanca escotada, cabello oscuro y largo (extensiones, vió?), ojos sensuales, labios entreabiertos y una simpatía desbordante.

Sobre el reducido escenario y con la "Sonora Gándara" a su espalda, Marta comenzó a entonar La pollera colorá. Bajó, y paseándose por la pista, cantó y bailó La negra se menea. Continuó sin interrupción dominando la escena durante más de una hora: Adiós adiós corazón, Carrusel de colores, A ritmo de tambores, No te vayas corazón, Se va el caimán y una serie de éxitos enganchados con Santa Marta tiene tren. La Sonora completaba el cuadro luciéndose coralmente.

El show fue un éxito no se limitó a la pista central invadida por los bailarines. También se bailaba arriba de las mesas. en la barra y afuera bailaban los que no pudieron entrar. Marta tenía el público de Chacomús a sus pies.

A las cuatro de la mañana, después de habernos bajado una botellita de ginebra, Martita me preguntó si me hacía arrimar al hotel (en taxi... pagaba ella). Le dije que mejor me llevara a la terminal y me diera unos pesos para pagarme el viaje a Retiro. Total, en el hotel sólo dejaba un cepillo de dientes, un calzocillo sucio, un par de medias y un documento falso.

Ni me acuerdo como llegué a "Fuerte Apache" (para la época andaba en la mala, paraba en la casilla de unos amigos, vió?). Lo que si se es que Marta tuvo que pagar la suite que había reservado en el hotel. La buenaza no me reclamó nada, sólo me pidió que no la deschave en la página. Así que por favor don Castillo le pido que sea discreto y no ande contado boludeces.

Su amigazo Alexandro