El Mono Urbano.
Desde comienzos de la modernidad se ha propuesto un modelo de supervivencia constante como acción natural de la vida. Este modelo arrojo una única e inamovible verdad:
“El mundo es enteramente de los competentes.”
¿A que se refiere este hecho? a que solo los más aptos y competentes están preparados para la supervivencia. En un mundo que aloja la multiversidad de vida como lo es la Tierra, la vida se presenta en todas sus formas posibles, y se dice “posibles” porque un gran factor que conspira para que se añada una nueva forma de vida al mundo es la adaptación al medio natural.
El humano, es considerado por si mismo como el máximo exponente de la vida en carácter evolutivo por su demostrada capacidad de adaptación en cualquier lugar. Hecho de esta naturaleza, le lleva a adaptar la naturaleza a voluntad, consecuencia de esto las grandes urbanidades, lugares de completo dominio humano.
Aun así el musgo, el honguito y la hierba crece en las banquetas, los roedores, felinos y caninos llegan a la asfaltada urbanidad de los humanos, prueba de que formas de vida diversas aun luchan por la supervivencia.
Un hecho fácilmente comprobable es que el humano dentro de sus grandes urbanidades no solo ha desarrollado la manera de permanecer protegido de las problemáticas naturales adversas, la falta de conciencia, contacto y experiencia con estos le han dado una ciega confianza llamada comodidad. El humano al aceptar el progreso tecnológico y la seguridad de conocer el lugar que se habita, adopto una postura sedentariamente productiva, no falta de acondicionamiento físico y mental. Con el pasar del tiempo y las generaciones el humano ha perdido cada vez más el concepto de “sedentariamente productivo” debido a que su misma naturaleza compleja no le abastece de tiempo para dedicarse al cuidado de la condición física, consecuencia del irrefutable hecho de que en la actualidad hemos aumentado a la especie en numero y por ende estamos compitiendo dentro de campos económicos, sociales, académicos y laborales de complicadas escalas.
El tiempo libre se le dedica solo al descanso de la fatigadora rutina humana actual y se desplaza por completo la activación física y mental tan necesaria para la competencia humana. Por lo que los retos adquieren formas triviales como: Conciliar el sueño a horas tempranas, lograr despertar temprano para ir al empleo o al colegio, pagar deudas, conseguir dinero, alimentarse a como de lugar, satisfacer las necesidades sexuales de manera apresurada y desmedida, enfocadas como únicas manera para sacar el estrés. Estrés que si no se sabe ser llevado, llega a un resultado fatídico del hombre y de la naturaleza; la renuncia. Que caracteriza la incapacidad de continuar, y muy probablemente de sobrevivir.
-¿Qué mejor obstáculo que el que es hecho por el humano?- Pregunto un joven en medio de la Cuidad de México, precisamente en Tlatelolco, un par de personas se detuvieron al escucharle, yo era una de ellas. Acababa de salir del trabajo e iba rumbo a una marcha de protesta estudiantil cuando detuve mi andar apresurado. Me atreví a decirle:
-No hay obstáculo más difícil que el que impone la sociedad.-
-¿Y no es acaso la sociedad algo humano?- me secundo el joven, y con esto un par de personas se unieron a la extraña demostración.
-¿Quién de todos ustedes puede evadir un obstáculo humano, como la sociedad?-
-Los vagabundos- dijo un muchacho mofándose.
-Y los capaces.- dijo el joven, luego pregunto: -Pero, ¿Cuál prefieren ser?
Nadie contesto, ya que a continuación, de una mochila saco a un monito, lo cual al estar a los alrededores de una marcha alerto a un par de Policías que estaban cerca. Estos solo se limitaron a observar por si acontecía un desorden en el bulto de gente que había incrementado al emerger el monito.
-¿Qué será más difícil de dominar? ¿Un obstáculo humano o uno natural?
-El natural.- contestaron algunos. –El humano.- la gran mayoría, incluyéndome.
-Creen que mi amigo…- y señalo al monito- ¿pueda tapar este árbol?- justo de tras de el se encontraba plantado un árbol de unos siete metros de alto.
-Si.- fue la respuesta general. En eso el joven le señalo el árbol al monito y le chasqueo los dedos, pronto el monito salto al suelo y comenzó a trepar el árbol hasta perderse entre las ramas llenas de hojas. Esto ocasiono: algunos aplausos de las personas presentes y atentas, el salir volado de muchas aves de la copa del árbol, que la postura de los Policías fuera un poco mas autoritaria, y rápidamente que el monito saltara de casi cinco metros al suelo y regresara con el joven.
-Ahora…- les advirtió a todos -…un obstáculo humano.-
Le señalo al monito un edificio de cuatro pisos, le chasqueo y el mono salio disparado hasta llegar a la base del edificio, luego comenzó a trepar por las marquesinas y balcones dando unos saltos dignos de uno de su especie. En cuestión de escasos segundos domino el obstáculo llegando a la cima del edificio, el joven le grito algo y el mono permaneció en su lugar. Luego me entrego su mochila, murmurando que se la cuidara, después continuo su demostración.
-Como ven, el obstáculo natural y el humano no representan gran problema para un mono Lacandón ¿Pero, será lo mismo para un humano?-
-Esta dentro de la naturaleza del mono hacer eso.- grito alguien de la ya multitud observando. –Es imposible, por las dimensiones y capacidades de un mono comparadas a las de un humano.-
-Muy bien, ¿Alguien se atrevería a hacer lo que hizo mi amiguito?-
La negativa domino a todos los espectadores.
-Pues miren bien.- concluyo el joven.
De pronto corrió en dirección al árbol y con un par de zancadas le alcanzo, dio un paso sobre el árbol y se impulsó con su pierna, con la extensión de sus brazos alcazo una rama a unos cuatro metros del suelo. Luego cargo todo su cuerpo con sus brazos hasta apoyar los pies en la rama, siguió rápidamente escalando entre las ramas hasta llegar a la punta del árbol, donde se posó entre dos ramas, una por cada pie, y luego ágilmente bajo entre las ramas, salto desde una altura similar a la que salto el monito hace solo algunos instantes y callo en el suelo de pie para luego quedar en cuclillas, sin hacer ruido ni esfuerzo, sin demostrar miedo. Seguido corrió hacia el edificio y esquivo a las personas a una velocidad impresionante, dio de nuevo una especie de patada a la pared y se impulso para alcanzar la marquesina del primer piso del edificio, por un segundo pareció que no lo lograría, pero, nos saco a todos un suspiro de alivio y de impresión cuando se sujetó del filo de la marquesina con los dedos, y con solo sus dedos agarrados del concreto cargo su cuerpo con sus brazos balanceándolo hasta quedar a salvo arriba de la marquesina, aun así no se detuvo a descansar, siguió entre los barandales del edificio dando brincos en los balcones como rana; estirando por completo sus extremidades. Y salvando su vida con su cuerpo. Trepaba con una agilidad similar a la del mono y solo cuando llego a donde el monito, todos le aplaudieron y ovacionaron. Los Policías que iban rápidamente a aprenderle, lo hicieron no sin antes felicitarlo. El joven les rogó lo dejaran terminar su demostración. Y estos lo dejaron en libertad pactando que no haría nada tan “peligroso” en lo que restaba del día. Luego el joven se reunió conmigo, le di sus pertenencias y continúo con su demostración.
-A pesar de las diferencias anatómicas proporcionales de mi amiguito y yo. Ambos escalamos los obstáculos. Esta en el instinto natural de mi amiguito escalar y ponerse a salvo. En un desastre natural mi amiguito se salvara por la capacidad que tiene para desplazarse. Tal vez en nuestro instinto humano, escalar todo aquello se haya perdido, pero si puede estar en nuestra determinación. Es en ella donde se encuentra la voluntad para sobreponerse ante cualquier obstáculo, sea físico o sea mental, sea natural o sea humano, sea rural o sea urbano.-
Y así terminada la demostración cada quien siguió su camino, no volví a ver en mi vida al joven y a su amiguito el monito. Pero, esa tarde cuando llegue a la marcha no le encontraba mucho sentido a quejarme por algo inevitable, no me conformaba con la realidad, decidí ocupar mejor mi tiempo para prepararme para lo inevitable y de alguna forma haciéndome mas fuerte para poder sobrevivir en un mundo humano lleno de criticas y de conflictos que se transforman en obstáculos, donde la única solución muy aparte de ignorarlos es entenderlos y no complicarlos mas siendo parte de ellos. De esa forma se rebasa un obstáculo, no destruyéndolo, simplemente escalando, saltando y pasándolo.
|