Con un suspiro comencé el viaje. Traicioneros los recuerdos por mi mente la tormenta desataron, sin pasaje y sin permiso navegaron. Con susurros convenció mi locura, compañera de aventuras, presente en cada estación; a la cordura y así esta y la razón se alejaron. Salí corriendo del cuarto y entre todo lo olvidado, ¡qué descuido! pero en fin, quedaron cuatro palabras. Si no regreso a tu lado cógelas, de este viaje no me harto. Con cariño y para ti: por favor, perdón y gracias.
Texto agregado el 05-09-2014, y leído por 99 visitantes. (2 votos)