Me gusta que me duelas
Aunque a veces
Me vuelva(s) a sangrar la cicatriz
Sin rozar siquiera mi piel.
Te quedarás, dices,
Y aunque no me cures
Pondrás remedio y sutura
A las heridas que otras abrieron
En la carne de mi vida.
Ingenua, las recientes son tuyas
Las otras lejanos recuerdos
En proceso de olvido
Que no necesitan cuidado ni cura.
Puedo tatuarte una caricia
Con la sangre que brota
De cada una de mis heridas
Y que no tiene más salida.
Pero sin miedo escupe antes
Los restos que habitan en tu boca
Antes de hablar de amor
O aquel sucedáneo que queda,
Pegajoso, en la comisura
De unos labios que no dicen
Ya nunca nada.