EL NIÑO TRISTE
PAT era el segundo hijo de una familia normal, bueno normal siempre que la comparáramos con otras familias vecinas de su barrio, que eran muy parecidas a ella, pobres, muy pobres y todos con muchos hijos y sin ingresos económicos.
Habitaban en una casucha, casucha, era mucho decir, casi se la podía definir como covacha, situada en una pequeñísima parcela adosada a otras muy similares.
La falta de ingresos, ni el padre ni la madre trabajaban, unido a la abundante prole, seis hijos, uno aun lactante, hacia que sus condiciones de vida fueran prácticamente de subsistencia, vivían de la caridad de otras personas.
En la casucha, carecían de todo, apenas tenían unos camastros medio apolillados y malolientes, unos cuantos cacharros para comer y poco más, nada superfluo, nada que les hiciera la vida algo más fácil, nada de nada.
Prácticamente hacían la vida en el exterior de la casa, en parte porque casi no cabían dentro y en parte porque era el único sitio en que les daba la luz del sol y podían en ocasiones charlar con los vecinos de las otras parcelas.
Los hermanos de PAT, no parecían estar afectados por la mísera vida que les había tocado vivir y se pasaban el día corriendo, peleándose y mojándose el uno al otro en el apestoso arroyo que pasaba por la parcela.
Pero ese no era el caso de PAT, que aunque algunas veces participaba en los ruidosos juegos de sus hermanos e incluso reía y disfrutaba con ellos, la mayor parte del día se quedaba en un rincón melancólico y profundamente triste.
No podía entender el porque él, ellos, eran tan pobres, cuando veía continuamente a otros niños que pasaban por fuera de la parcela, iban en bicis, tomaban golosinas y jugaban con globos mientras que ellos no tenia nada, comían lo que les llegaba de caridad, trozos de pan, restos de comida, frutas pasadas y cosas así.
Y lo que mas le consumía, era que sus padres parecían totalmente resignados, mas que resignados diría que felices, su papa TOM, se sentaba debajo de un árbol y se pasaba allí todo el día pensando, no sabia en que, (la palabra musarañas, no estaba aún en su léxico) y su madre, bueno su madre LIZA, sino estaba dando la teta al pequeño, estaba cotorreando con las vecinas de parcela o dando pescozones a sus hermanos.
Pero ¿Porque se resignaban así? ¿Porque su padre no se molestaba en buscar trabajo? ¿Porque a su madre no le importaba no tener de nada y que ellos comieran solo de caridad? El sabia que otros tenían cosas, cosas muy bonitas, lo veía todos los días.
Bueno y sus hermanos, sus hermanos eran unos irresponsables, ¿Es que no pensaban en el futuro?, ¿Es que esperaban siempre vivir así de la limosna que otros les dieran?.
Así que un día, uno, en los que se encontraba especialmente triste, se acerco a su madre, que como siempre estaba dando de mamar a su hermano y la dijo.
“Mama, ¿Porque somos tan pobres? ¿Porque no hacemos nada para tener mas cosas, no muchas, pero si algunas? y ¿Porque yo no voy al cole, soy ya grande y no quiero ser un ignorante cuando sea mayor“, aunque no se atrevió a agregar como papa y tu.
“Pues porque no lo necesitas“ respondió LIZA, “No ves a papa y a mi, que estamos tan ricamente, no tenemos que hacer nada y con lo que nos dan ( no dijo de caridad ) vivimos estupendamente“
“Pero, pero … “ continuo PAT “Yo querría tener una bici y andar por ahí y comer chicle, que debe estar muy bueno“
“Tonterías, eso son tonterías, lo bueno es vivir sin hacer nada y no preocuparse de nada mas, siempre ha sido así, ya ves a nuestros vecinos, que son también tan felices, anda vete a jugar con tus hermanos y no me marees mas“
A PAT, la contestación le sumió aun mas en su tristeza, pero, ¿Como podía decir su mama, que estaban tan ricamente, viviendo en esta cochambre, comiendo sobras y haciendo día tras día lo mismo , ¿Es que mi madre no quería que sus hijos se comieran un bollo o un helado, como el veía que otros niños hacían ?, era para morirse de angustia.
Y así quedo la cosa, dándole y dándole vueltas a lo mismo y pensando como tocar la fibra sensible de sus padres para que se decidieran a hacer algo por él, por sus hermanos y por ellos mismos.
A los pocos días y ya al anochecer en que pillo a sus hermanos en un raro momento de tranquilidad entre sus ruidosos juegos se acerco y les dijo.
“Oídme, ¿A vosotros, no os gustaría montar en patinete o tener una bici como la de otros chicos?, tiene que ser chupi y ¿ Y no os gustaría ir al cole para aprender cosas?“
“Anda no seas pesado“ le dijo el mayor, “Pues solo faltaba eso tener que ir al cole, papa siempre dice, que eso es una tontería y que no tenemos que saber nada mas que de lo que ya sabemos y que lo bueno es correr y saltar aquí en casa y ni bicis ni nada y que tenemos mucha suerte de no tener que trabajar, anda vamos a jugar al escondite ¿Quien se queda?”
Era horrible, su familia no le entendía, se sentía el raro, ¿Pero como puede ser que no me entiendan? Pero como no ven que no tienen futuro o que en cualquier caso es un futuro negro y triste?
Se durmió al final en su rincón y soñó esa noche con que recorría muchos sitios diferentes y que hablaba con muchas personas simpáticas, mientras que comía palomitas, chocolatinas y un helado, y que bien sabían.
Pasaron más días, igual de monótonos y tristes, hasta que una mañana se decidió a hablar con su padre, lo había pensado mucho, porque sabía de sobra que su padre no era lo que se puede decir una persona dialogante.
“Papa“ le dijo acercándose a TOM “¿Porque vivimos aquí en esta casa tan fea? ¿Porque no buscamos una solución para vivir mejor, tener mas cosas? , quizá… “ Dijo balbuceando, “Trabajando en algo“.
Su padre le miro, con una cara como si le hubieron quemado con un cigarro.
“Pero bueno, PAT tu eres tonto o es que quieres cabrearme, tenemos de todo, estamos tan tranquilos, no nos falta la comida, podemos estar descansando todo el día a la sombra, como hago yo, o jugando como hacen tus hermanos y al día siguiente lo mismo, esta es una vida estupenda“
“Anda déjame en paz“ agrego, “Y vete si no quieres que te de un tortazo“
No había solución, estaba perdido, se sentía, abandonado, incomprendido y raro, por lo que se abandono en la más profunda de las tristezas, no sabia que más podía hacer.
Afortunadamente para él, a lo largo del día, ya al anochecer, tenia un momento que siempre esperaba con impaciencia, todos los días entraba por la parte de atrás de la parcela MARTINEZ ( Sabia que se llamaba así, porque le había oído llamarle a otros desde fuera de la parcela ), siempre traía los mismos instrumentos, distintos de los de su casa, una especie de cubo con agua y una cosa que emitía un ruido raro y que chupaba los restos del suelo de la parcela, y siempre, siempre, al final, se acercaba a él y se quedaba un buen rato mirándole, estaba seguro que MARTINEZ sabia lo que le pasaba, que le entendía, que sabia que él era diferente a su familia, seguro que sabia que quería ir al cole, que quería saber cosas, que no quería vivir de la caridad, estaba seguro, era su gran amigo y todos los días al despedirse le daba una manzana, que buena persona era MARTINEZ, seguro que había muchas personas así fuera de la parcela, estaba mas que seguro.
Y pasaron la semanas y los meses, unas veces calurosos y otras fríos y se fue haciendo mayor y mas y mas grande y sus hermanos igual, aunque ya jugaban menos, ahora lo que les gustaba era sentarse al lado de su padre a la sombra a meditar sobre no sabia que y su madre seguía dando de mamar a otro de sus hermanos, ahora ya tenia nueve.
Y seguía triste, triste, profundamente triste y no se resignaba y sufría, pero no podía ni sabia que hacer.
Al fin un día hubo una novedad, entro MARTINEZ, esta vez sin instrumentos y se dirigió directamente a el, le sonrío y le dijo “Anda ven“
PAT no lo pensó ni un segundo, se levanto de inmediato y se puso a caminar con él, salieron por la puerta de atrás, su familia le miró de reojo, pero la verdad es que no noto ninguna reacción digna de mención en ellos, pero tampoco le importo mucho, estaba tan ilusionado con la novedad, que apenas tuvo un pensamiento de ternura hacia su madre, que siempre le había tratado mas o menos bien, además sus pensamientos estaban ya en considerar de si ya se harian realidad sus sueños, a lo mejor era que MARTINEZ le llevaba al cole.
Recorrieron las parcelas de sus vecinos, muy parecidas a la suya, igual de cochambrosas y llenas de inmundicia y con todos sus miembros sentados a la sombra, inactivos y sin expresión y al fin llegaron a una puerta nueva que estaba cerrada, a lo mejor era un colegio, pensó, o una nueva casa, que ilusión, que emoción sentía. Abrió Martinez y entro muy alegre a explorarla, era pequeña pero estaba muy limpia y era mucho mas luminosa que la de su familia, y cosa extraña una de las paredes era de cristal, le pareció un detalle muy bonito, se veía lo de fuera, bueno ya iría viendo, en que quedaba la cosa.
Como MARTINEZ le había dejado solo, después de explorar la habitación principal de la que a lo mejor iba a ser su nueva casa, bebió un trago largo del agua que había en un recipiente y se comió dos de los plátanos que había en una repisa que le parecieron exquisitos.
Después de tanta tensión, la verdad es que sentía muy fatigado con lo que decidió echar un sueñecillo, y no pensar en nada mas, ya le preguntaría a MARTINEZ el significado del letrero que había encima de la pared de cristales de su nueva casa, que ponía
PAT, CHIMPACE ADULTO
Fernando Mateo
Agosto 2014
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