No es culpa de la noche ni la mañana
Ni de la bronca aturdida por el rencor
No es culpa de estas manos
Siempre en busca de nada
Ni del sarcasmo nacido por el alcohol

No es culpa del tibio nido de las aves
Ni del oscuro y triste abrazo del mar
No es culpa de esta agradable
Nostalgia autoimpuesta
Ni la existencia,
esta existencia tan injusta y fugaz

No es la culpa de estos arboles
Movidos por el invierno
Ni de los muertos
Que intentan prevalecer
Ni del robo de la dignidad de cada día
Ni del puñal helado del amanecer

Ni del trueno
Ni de los monstruos
Ni de las plagas
Ni de los dedos carcomidos por las llagas
Ni del destino, del paraíso u otro invento
Ni del estiércol, la mentira o el amor
Ni de las horas, las semanas o los meses
O del recuerdo del asco y el dolor
No es culpa absolutamente de nada
Que cada día…me destroce un poco mas.