Se puede creer con firmeza que uno
ha cerrado determinadas puertas.
A poco de andar se descubre que
en realidad se ha atascado en ellas.
Cuando sobreviene la calma
allí surge algo de claridad.
La vida dura un tiempo entero
para lo que toca a cada uno.
El resto es precario y huidizo
y su inestabilidad es constante.
Los matices tienen presencia
que suele ser insoportable.
Como en los momentos en que
hay necesidad de compañía.
Entonces allá vamos sin más
mendigos felices en pos de
abandonar la soledad
en busca de manos fraternas.
Texto agregado el 02-09-2014, y leído por 162
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Lectores Opinan
02-09-2014
Tu poesía se dignifica con la mención de la necesidad que tenemos de unas manos fratenas, pero que no sea para abandonar la soledad, ya que podemos sentirnos solos, aún acompañados. abrazos Clorinda