Rutina
De vuelta a la rutina,
a las calles grises
con sus apenas insignificantes
colores...
¿Acaso existe alguien?
¿Acaso los carros estacionados
o las casas con mediocre pintura
o aquel grafiti en el callejón,
hacen la diferencia?
La rutina del diario vivir,
y no pasa nada,
nada que lo haga diferente
una nube más en el cielo de tu indiferencia
¡qué importa!,
ya nada tiene vida.
Los perros a lo lejos ladran;
yo voy camino a casa,
después de un día arduo de trabajo,
¿qué hace la diferencia?
Tu no estás,
¡qué más da!
La rutina de nuevo en mi vida
aquí encerrada,
y las paredes como en un cuadro
abstracto se vuelven...
¿Y si busco un amor?
Con quien salir, platicar, distraer mi mente
de ti...
De nuevo, de ti...
¿No hay cura para esto?
¿No hay cura para no sentir tu ausencia?
¿No hay cura contra esta estúpida enfermedad.
Que es el amor?
¿Amor?
¿Existe?
Y si es así, ¿por qué me encuentro sola?
Sin más cambio en mi rutina,
que el nombre del día,
del chófer del autobús,
de la gente que se cruza en mi camino...
¿O tal vez es la misma?
Solo que no lo sé,
por estar sumergida en este mar de indiferencia...
De ti,
de mí misma...
De la Maldita rutina…
Bárbara Lavín © |