Ayer escribía algo acerca de los sólidos principios éticos y morales de algunos seres humanos (lamentablemente humanos), anoche por la red me llegó el extracto de un periódico del año 75 que verdaderamente tiene que ver con lo mismo, pero, dejaré correr la imaginación y regresaré a aquellos años en que este señor mandó en este país.

Hablaré de El corrupto general y la incorrupta vaca pampina

"... ESTE ES UN GOBIERNO HONORABLE. POR ESO ES QUE EL PUEBLO CHILENO NOS APOYA. Y CUANDO YO TENGA QUE IRME LLEGARÉ HASTA LA NOTARÍA Y RETIRARÉ MI SOBRE CON MIS HABERES, NADA MÁS. INCLUSO, A LO MEJOR ME VOY CON MENOS DE LO QUE TENÍA CUANDO ASUMÍ ESTE CARGO..."

General Augusto Pinochet Ugarte.
Las Ultimas Noticias, 23 de Septiembre de 1975.

No hizo ni lo uno y menos lo otro, 6 cuentas en el Banco RIGSS de USA, con unos 8.000.000 de dólares, pocas cosas declaró cuando usurpó el poder, y ahora que se fue, no declaró lo que se llevó, menos los millones de dólares que le guardaron en la capital del imperio que lo instaló en el poder sobre miles de muertos, desaparecidos, torturados, ejecutados y exiliados.
El juez que lleva la causa ya le investiga a lo menos 56 propiedades a el y la familia, antes de retirarse del gobierno, dictó una ley especial en la que se entrega a su mujer (doña Lucia) la presidencia vitalicia de CEMA chile, organización que agrupa a los centros de madres, antes de eso, se dictó un decreto por el cual se establece que una vez terminada CEMA sus directoras (7 ahora) se repartirán los activos y pasivos de ese organismo por partes iguales, son varios millones de dólares que se repartirán 7 mujeres, no se extrañen si leen que las tres hijas de Pinchen son directoras .
El año 73 inició en tiranuelo una campaña para reconstruir Chile, instaron a la gente que lo apoyaba que depositaran dinero en una cuenta, y entregasen sus joyas o partes de ellas, a los meses o años, alguna gente vio con estupor (por decir lo menos) que la doña Lucía lucía en algunos actos, algunas de las joyas que habían entregado a cambio de un anillo de cobre, la vida, la historia demostró lo que era el general traidor, un cobarde ( por que se hizo el, loco para no enfrentar la justicia) asesino, mentiroso y más aún, un vil LADRON.
Avanzaba el primer verano en la patria acorralada, Neruda había muerto de tristeza en Isla Negra, por los miles de hombres y mujeres asesinados, por gente torturada y encerrada en campos de concentración, en uno de ellos Víctor Jara ametrallado con las manos destrozadas por cantar era lanzado allí en el sur de la capital (hoy el campo de concentración aquel llamado Estadio Chile lleva el Nombre del cantor) Allende había caído luchando en La Moneda (que diferente ejemplo al tirano) y miles mas.
Era el segundo o tercer viaje del Pedro Torres al norte, a Antofagasta, mediados de Diciembre, el bus era viejo, llevaba 40 pasajeros, de ellos unas 30 mujeres, se había abierto un Campo de Concentración en medio de la nada, en el centro del desierto nortino (que algunos dicen es el mas ardido del planeta) una antigua oficina salitrera había sido adaptada para contener un par de miles de prisioneros, lugar de donde era imposible huir, no solo por las alambradas minadas y electrificadas sino por estar allí en medio de nada, a cientos de kilómetros de cualquier lugar habitado, La Oficina Chacabuco, Pedro subió al bus y al hacerlo se puso albo, como luna llena en noche limpia, a varias mujeres conocía o lo conocían, buscó su asiento y se enterró lo mas que pudo, abrió un diario y leyó o creyó leer,
--la puta en donde me metí— se dijo. Quienes lo conocían supusieron a lo que iba Pedro y callaron, no le saludaron, tan solo alguna mirada sin gesto recibieron mutuamente, en el, primer asiento iba la joven estudiante de la escuela de medicina de la Universidad de Chile, ella hija de un medico que hasta el once fatídico era jefe de un gran hospital en Santiago y ahora encerrado en el campo de Concentración, alguna vez Pedro estuvo enamorado de ella, de ambas partes hubo amor no declarado ya que Pedro estaba casado, en otro asiento iba una antigua vecina mujer de un dirigente vecinal, hijas, madres o hermanas de presos era lo que viajaba hacia el norte y en medio, Pedro que ayudaba a construir Resistencia en esos días aciagos, 6 o 7 eran los pasajeros que no tenían que ver con presos, el viaje era largo, casi 2000 kilómetros y en cada provincia el chofer bajaba con un listado de pasajeros para entregarlo en las puestos policiales, a ellas ya mas nada les podía ocurrir, o mes bien dicho, nada mas malo de lo que ya habían pasado, ¿que más? Que algún milico o policía saciase su ego y su hombría violando a alguna de ellas, pero, el Pedro, no quería que lo confundiesen con alguno/a de esos familiares. Y se inició el viaje, lentamente el bus se puso en marcha, lentamente enrumbó hacia la salida norte de la ciudad.
--Van ellas, viajan ellos, son los míos, ¿más, quien otro va en el bus?—son muchas horas que tendrá que soportar Pedro en el viaje, muchas horas en esta ratonera, piensa y cierra los ojos tratando de dormir, empero, aun faltan horas para la noche, es diciembre, son los días mas largos del año y tal, las noches mas cortas, la temperatura exterior debe andar sobre los 30° C, solo logró pasajes en este bus que salía de tarde de la capital, no es lo mejor, la razón, llegará a destino en la tarde siguiente, el conductor, trata de ganar terreno conduciendo al filo de la velocidad máxima, el aire acondicionado de la máquina malo, se suma el calor de la tarde, el del motor que penetra por algunas grietas en el piso y el calor que emana de cada cuerpo, no lleva baño incorporado la máquina, mala cosa, algunos olores llenarán el aire, y se avanza ganando norte, algo de verdor en el paisaje, mas, cada metro acerca al desierto, sequedades en os campos, frutas maduras acá y allá, los tunales o tuniches de Til Til brillan con la luz del sol, los olivos de ahí mismo mueven sus hojas verde y blancas, ha superado el primer control el bus, el policía mira con indisimulado odio a los viajeros, ellas ya no temen, regresan las miradas con la altanería de quien no teme por ya lo ha vivido todo.
Tres horas mas y ya se está en las Vegas de Llay-Llay la ciudad de los vientos, otro control y nuevos odios, ahora ya en los ojos de los viajeros se nota el cansancio, es mayor el desprecio hacia las bestias que controlan, lo mejor que ha variado el paisaje, se percibe en el valle un suave aire marino que se ha internado por los cordones de cerros, y el camino se llena de invernaderos de plástico, algunos cerrados, son plantas exóticas de cualquier parte del planeta, requieren temperaturas altas y mucha humedad, han de ser orquídeas u otras especias caribeñas o tropicales, dentro de las naves, hay estufas a pesar de ser verano y también vaporizadores, otras naves abiertas, la tarde aun permite ver las violetas de Persia, los gladiolos blancos y rojos, ilusiones y mil colores, hay cansancio en la gente , el bus entra a La Calera, 5 minutos de detención grita el conductor, un pasajero retruca que sean 10, bien dice el chofer solo 10 minutos, bajan todos, la mayoría baja con termos, compra agua hirviendo para el café de la noche, casi todos ingresan a los restaurantes de la calle en donde se ha detenido el bus, los baños se llenan, las vejigas van repletas, hay que alivianar el cuerpo, de las conservadoras de frío salen las cervezas haladitas, se vacían de un trago, una mujer ha bajado con una guagua de pocos meses, le comenta a otra que nació estando el marido preso así que lleva la guagua para que la conozca, compra pañales y bota los ya usados, pide agua para la leche, se cumplen los 10 minutos y suben los pasajeros, la morena bella mira a Pedro y una leve sonrisa en ambos rostros, nada mas, solo eso, el bus lleno, toca la bocina el chofer a por si hay algún rezagado y nada, bajaron tres subieron tres, los pasajeros miran con desconfianza los nuevos.
Otro control antes de la cuesta, baja el auxiliar y los milicos no suben solo reciben la lista, sigue el rumbo, subiendo y bajando la gran cuesta, mas aire marino, se acerca el mar, pero se ha hecho noche, baja la temperatura, alivio generalizado, será solo por un par de horas, luego el frío, por las rendija que entraba el aire caliente ahora se cuela el frío nocturno, y --…. Pafffffffff—ha sonado un neumático, frena con cuidado, baja el chofer y ayudante, miran, abren la maleta, sacan un repuesto e inician la reparación, todos bajan, caminan por la berma, a los costados se van perdiendo entre las altas ramas, mujeres en grupitos de tres o cuatro, los hombres de pie, las garantías de viajar en bus sin baño, casi media hora antes de seguir, otro pueblo y otro, se detienen en uno para reparar el neumático pinchado, suben las palomitas con dulces de La Ligua, se percatan de la calidad de los pasajeros, un niño mira con ojos azucarados los dulces blancos, tanto como los delantales de las mujeres, por ello han recibido el nombre de palomas, una saca de la cesta dos empolvados y se los pasa al niños sed ojos almibarados, la madre dice –no— la paloma le dice – también tengo hijos y marido, no se que pueda pasar mañana—de la pasajera solo un –gracias—son los primeros pueblos del norte, por estos han cabalgado con furia patológica los jinetes del Apocalipsis, solo que no son 4 sino, cientos y en vez de guadañas, metralletas y corvos, es época de muertes como en las épocas de plagas por la edad media.