No necesito amigos
Ni amor ni objetivos
Ni abrazos fraternales
Ni palmadas en la espalda
Solo quiero una botella moribunda
Bajo un sol de medio día
Y este cinismo engendrado
Por la madre de las tristezas

No necesito amigos ni destino
Ni una carga de responsabilidades
Que se olvidan de uno a la hora de morir
Solo quiero una trinchera abrigada
Con sus rincones oscuros y su olor a mi

El antihéroe ha regresado
Cojo y cansado
Obsequiando rosas baratas
Blancas, rojas y negras
Pero siempre,
Siempre con espinas

No necesito progenitores ni calidez
Ni odio ni espanto
ni sábados ni domingos
me basta la inconformidad
para sentirme vivo
y mis falsas verdades como respiro

no necesito seguridad
ni estabilidad ni experiencia
adoro al dios de los errores
al tirano del fracaso
solo quiero una pared de ladrillo
donde estrellarme cada día
y un millón de estrellas encima
bañando de luz mi testaruda cabeza.