Como gran adicta al rito de protocolos y afines, partió con negro vestido a fiesta de copetines. Llevaba altos tacones y bello peinado, liso, para aplacar intenciones de aquéllos rebeldes rizos. En medio del banquete, y rodeada de galanes, tenía sentado al frente al más bello de sus pares Pero la diosa fortuna le juega mala pasada cuando rompe la costura a la altura de… la espalda. Estos hilos revoltosos querían dejar ver el presto rojo furioso de su apretado… corset. Se quedó bien quietecita alejando a cualquier don que la invitara a bailar hacia el centro del salón. Y vino el bello galán a darle conversación y la invitó a danzar al ritmo de un dulce son. Pero la pobre morena con pesar dijo que no, aunque en sus ojos notara que era otra su intención. Sin embargo un angelito que el Rey de Reyes envió dejó caer un chalcito de un muy bello color. Entonces la morenita con sonrisa e ilusión calzó la prenda bonita y el incidente cubrió. Se acercó muy pudorosa a este apuesto señor y él extendió los brazos en señal de invitación. Y así fue que la doncella toda la noche bailó con el apuesto muchacho que muy pronto conquistó.
Texto agregado el 29-08-2014, y leído por 157 visitantes. (4 votos)