Vengo de convocar a los duendes
con la fe que un día perdí allá lejos.
Vuelvo de un instante de verano
donde extravié la faz del horizonte.
En un descanso, al mirar tus ojos,
descubrí el buscado secreto.
Mi cuerpo, ahora esclarecido,
derribó los muros y mis misterios
Aves de paso se detuvieron a saludar
con sus cantos y gorjeos casi épicos.
En mi memoria guardé las horas nacientes
y en mi corazón sanó, al fin, el desconcierto.
Las cuerdas del aire elevaron melodías
al recibir tu mano y tu benevolencia sólida.
Comprendí así que un tiempo nuevo
comenzó y brindó encuentro y luz.
Texto agregado el 26-08-2014, y leído por 162
visitantes. (3 votos)
Lectores Opinan
26-08-2014
Muy bello. Damayanti
26-08-2014
Ahhhh. Poetacho. Siempre desbordando talento y sensibilidad.
Full abrazo, gran POETA. SOFIAMA
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