Separados para acercarnos,
cercanos para distanciarnos
perdidos para encontrarnos,
encontrarnos para perdernos
y unidos para consumirnos.

Eso es todo,
sin adornos, ni guirnaldas de aplausos
ni coronas de cielo
sin quemar incienso de olvido.
Salir del fuego para caminar religiosamente
en las brasas del deseo,
deseo febril de seguir tus huellas ...
y se congelan las intenciones
y quedan inertes... sólo las ganas en mis venas
de estas palabras acumuladas sin descanso,
de sueños inconclusos que creí imperecederos.
Pensamientos roídos sin tregua implosionan
cuando el corazón estigma versos
y se vuelven inmortales en el aliento de un poema.

Sé que soy lo que soy
no por lo vivido
ni por lo escrito,
no por lo acumulado
o por lo que he perdido.
Soy lo que soy,
no porque no estés a mi lado
ni porque mi voz se desangre en silencios
o porque la soledad llega en compañía del vacío.

Soy lo que soy
no por lo que dejaste
sino por lo que te has llevado,
no por lo recibido o lo arrebatado
o por lo que aún no he entregado
sino por lo que todavía no he conseguido...

... mi sangre inmortalizada en estas letras...

...porque del sueño de la muerte
el poeta al tercer día debe resucitar.

Alejandro Ornelas