-“Mery llego a la casa de Juan a la mañana siguiente, toco, abrió la puerta y del otro lado del living observo un cuerpo desfallecido. Un charco de sangre lo rodeaba, en ese momento escuche gritos y la encontré desmayada en la puerta de su departamento” Eso contaba la vecina a la policía.
Ella no quería entrar, ya que había reconocido el cuerpo, como que no quería confirmar que su hombre, amigo y amante estuviera muerto.
Rápidamente agarro su celular y llamo de inmediato a la policía.
Juntamente con el comisario y su comitiva llego el excéntrico Guillermo Virrey, un conocido detective privado, con su ayudante J.R. Pasan al departamento, ubicado en la zona de Almagro en un 1º piso e inmediatamente observan el espectáculo. El cuerpo estaba desnudo, boca abajo tirado en el piso, en el extremo izq. del living comedor, entre el sillón de la tv y el escritorio, donde habitualmente sigue con sus actividades laborales.
Según el forense, el cuerpo tenía 3 puñaladas, 2 de ellas cerca de la coxis, por la espalda y la ultima pero mortal a la altura de la yugular. Como si debilitara a su víctima y luego diera el golpe final. La ventana que daba a la calle estaba semiabierta. La hora aproximada del deceso fue a las 4 de la madrugada del sábado.
Mery, según su relato, habían quedado en almorzar el sábado en algún lugar por Palermo pero ella le quería cocinar, por eso había ido a su casa alrededor de las 11 de la mañana con las bolsas del mercado. Ella tenía la llave de su departamento, aunque siempre tocaba timbre. Ella había hablado con Juan a eso de las 22 hs del día anterior y que según él se iba a acostar temprano, ya que había tenido una larga jornada laboral. Salían hace 2 años, aunque se conocían hace mas de 5. Habían sido compañeros de trabajo.
Su vecina dio detalles mas íntimos y dijo que Mery era la que más le gustaba xq era atenta y ubicada, pero Juan era muy mujeriego y frecuentaba 3 mujeres de manera “formal” (Mery, Luisa y Evelyn), aunque siempre veía pasar chicas nuevas. Siempre se escuchaban algunas discusiones que terminaban en ruidosos reencuentros, ya que sus chicas eran celosas y siempre encontraban algún indicio de su competidora en el departamento. El era muy entrador, simpático, inteligente y bonito. Por lo cual era la debilidad de más de una, incluso señoras vecinas.
Luego de juntar las pruebas necesarias y hacer nuevamente una recorrida visual por el departamento y por donde yacía el cuerpo, el detective se retiro hacia su despacho con su ayudante.
Una vez en su despacho, se tomo unos días y clasifico las anotaciones según su importancia, al mismo tiempo entrevisto a las otras novias o amantes de Juan.
Había llegado a la conclusión que la persona que mato a Juan era derecha, de buen estado atlético y que era conocida de la víctima. Las 3 novias aseguraron su inocencia y decían que lo amaban, aunque muchas veces peleaban con él por celos. Cada una de ellas tenía sus motivos pero también tenían una coartada que parecía que las eliminaba del hecho.
Mery, (29 años, una morocha de 1 60 m de estatura, flaca, con buen estado atlético y un cuerpo armonioso) lo había conocido en un anterior trabajo hace mas de 5 años y siempre hubo una aproximación, pero hace casi 2 años, se veían con un poco mas de frecuencia. La noche del crimen ella estaba con su hermana y luego de hablar con él por teléfono, salieron al cine.
Luisa (36 años, morocha de 1 70 m, un poco más morruda que la anterior, voluptuosa y con un carácter más dominante) es su vecina de la infancia y confidente hace más de 1 año y la noche del crimen, había discutido con su marido y salió a cenar y bailar con amigas, volviendo alrededor de las 6 am.
Evelyn (33 años, su estatura rondaba 1, 65, flaca, atlética, cuerpo armonioso y además es tímida, indecisa, más insegura), tenía una relación de amor odio hacia más de 2 años, eran colegas y habían compartido varios congresos juntos. El día del crimen ella estaba sola en su casa mirando una película y se había distanciado de él, una vez más, la semana anterior y suponía que era definitivo.
La escena del crimen había arrojado que el cuerpo se encontraba boca abajo, casi acostado pero replegado, sin muchas marcas de lucha, por lo cual supone que la persona era conocida y que lo tomo de sorpresa, dejándolo inmóvil con las primeras 2 puñaladas, para luego acertar la tercera y final. Estaba en el piso entre el sillón y el escritorio, su cuerpo estaba totalmente desnudo y en el cajón de su escritorio se encontró una pastilla de viagra con una receta médica sin firma y varios profilácticos sin usar. La ventana estaba semiabierta y el balcón tiene un pequeño cerramiento que llega al metro, ya que sus sobrinos venían a jugar y les encantaba mirar desde el balcón los autos que pasaban.
La vecina dijo que no escucho nada fuera de lo normal y que ella se había ido a dormir, junto a su esposo cerca de la 1 am, ya que trabajan los sábados y se tenían que levantar temprano. Ellos Vivian hace mas de 10 años en ese edificio, ella era la esposa del portero, tiene 40 años y trabajaba fuera de casa de limpieza y a veces le daba una mano a Juan con la limpieza del departamento. Que él era un chico muy bueno, tranquilo, callado, que no se metía con nadie pero tenía un vicio, era muy mujeriego y nunca se conformaba.
El arma asesina, se sospecha que es una cuchilla de cocina, con mucho filo, aunque no se diera con ella aun. La causa del crimen era netamente pasional, ya que el departamento no presentaba signos de un robo y además en el tercer cajón del escritorio había unos 2000 dólares que seguían estando en su lugar.
En la autopsia del cuerpo se encontró un elemento muy extraño, cerca de la traquea se encontró un botón correspondiente a una camisa, un botón de tamaño muy chico de color blanco. El estudio toxicológico dio presencia de marihuana en su organismo, a eso sumado con el alto contenido de alcohol provocaba una disminución en la percepción y baja de defensas, que se correlacionaba con su apatía a la hora de luchar por su vida. También se encontró presencia de sildenofil (viagra) en su organismo.
Se realizo un segundo allanamiento a su departamento y ahí se encontró a su vecina que estaba limpiando y con unas lagrimas que recorrían su mejilla mientras hacia su trabajo, la faja de prohibido pasar había sido arrancada. Al ver nuevamente al detective con algunos oficiales de la policia, cambio totalmente su actitud y ella dijo que la madre le había pedido si podía que limpiara el departamento así lo podía poner, en un corto tiempo, en alquiler. Del crimen habían pasado solo 3 semanas. Los oficiales aseguraron ver a la vecina, un poco nerviosa, pero lógico debido a la situación. Le dijeron que deje así el departamento y volvieron a poner la faja de seguridad. Ahí encontraron una bolsa, escondida en su placar con una planta de marihuana. Según los testigos, era un fumador social y sobre todo en su fuero íntimo y si la dama así lo ameritaba.
Guillermo Virrey, se junto con su ayudante, JR por el lapso de dos días y revisando todas las pruebas, en el resplandor de la última noche y mirando por su balcón, tuvo un pálpito que tenía que confirmar. Sus células grises, habían hecho conexión, y estaba muy cerca de poner fin a este horrible crimen. Solo tenía que confirmarlo.
Al día siguiente, o mejor dicho, a unas pocas horas de diferencia, el inspector mando a llamar a todas las mujeres de Juan y también a su vecina al departamento, juntamente con el comisario a cargo. En el momento de la reunión se observaba un ambiente raro, mezcla de odio, de congoja y también de recelo entre las ocupantes. El inspector empezó a hablar y a referir, con un tono suave, amable y casi desinteresado, los detalles que llevaron a su pensamiento.
Hizo referencia que todas las mujeres ahí presentes tenían su motivo para matarlo y viendo su reacción también dijo que en nombre del amor muchas veces pueden hacerse cosas impensadas. También hizo referencia a los resultados de la autopsia y sobre todo dando especial énfasis al consumo de viagra. Algunas de las presentes se notaron sorprendidas pero cada una, por diferentes motivos, intentaban escuchar lo más distante posible al inspector y no mostrar ningún signo que pueda implicarlas, incluso cuando sabían que eran inocentes.
En ese momento, dos oficiales, ingresan a la sala con una persona esposada. Su mujer lo reconoce al instante y larga a llorar. La vecina, de nombre Susy, la esposa del portero se muestra sorprendida y a la vez liberada. Raúl, el portero del edificio había sido agarrado y acusado por los oficiales como autor material del crimen.
Entre sollozos, ella gritaba “yo lo amaba, yo lo amaba, el me lo quito y me amenazo” y ahí un poco más tranquila conto lo que había sucedido.
Juan y ella tenían relaciones hace mas de 2 años, casi al mismo instante que él se había mudado. Ella es una linda mujer, de 40 años y su hospitalidad y su amabilidad hizo que Juan se fije en ella, además de que ella se encontraba atraída por su simpatía. Su matrimonio siempre fue un desastre y su esposo siempre hizo de las suyas, pero por comodidad nunca quiso hacer nada. Ella tenía las reglas claras y en cierto modo, también era su confidente y ayudaba o consolaba a Juan, cuando podía, por sus peleas sentimentales. Su relación cada vez se hizo más fuerte y la excusa de que limpiara su casa, hacia que también tuvieran tiempo para estar sin que su esposo sospechara algo. Juan podía manejar sus horarios en el trabajo. Esa noche, como todos los viernes, Raúl con sus amigos se juntan a comer y a beber, llegando siempre casi al principio de la jornada laboral. Esas noches, ella pasaba por el departamento de Juan y le cocinaba y se relajaban. Ya era un hábito que se repetía durante los últimos meses. Ese día, mientras estaban jugando y fumando, ella observa un pequeño bulto atrás de las cortinas, pero como había viento y además de la excitación y la mezcla de droga y vino no le dio demasiada importancia. Cuando estaban desnudos, tirados en el sillón, sin mirar, siente que el cuerpo de Juan se desploma y empieza a sentir como cae un líquido caliente en su cuerpo. Ahí abre los ojos y ve a su marido con un cuchillo en la mano. Con sus movimientos, Juan cae al suelo y Jorge le asiste dos puñaladas mas, una de las cuales fue mortal. En ese momento, después de llorar y algunas discusiones y también por miedo, ella limpia alguna de la evidencia y se refugia en su departamento. Sabiendo que ella no podía estar sospechada y que derivarían el caso a un crimen pasional entre sus amores, así se encargaría que ocurriera. A la mañana siguiente, mientras Jorge hacia su trabajo como si nada, Susy sabía que Mery iba a ir y también sabía que tenía llave. Solo espero el momento para aparecer en escena.
Susy, mirando al inspector, mientras el comisario le ponía las esposas como cómplice o participe del crimen, le pregunto cómo se había dado cuenta, algo que el comisario y sus secuaces también querían preguntar.
Virrey, se sentó y dijo, es elemental y enumero las causas por las cuales sus sospechas habían sido fundadas.
• El crimen debía ser realizado por alguien cercano a la víctima, ya que no estaba forzada la cerradura. Por lo cual, o era una visita esperada por Juan o esa persona tenia la llave del departamento.
• También me llamo la atención la actitud de Susy cuando realizamos la segunda inspección y sobre todo vi, que de su camisa, le faltaba un botón. Muy similar, a simple vista con el que se encontró en la garganta de Juan. Ademas, ella presentaba una pequeña mancha casi imperceptible en el puño
• También, al ingresar al edificio, observe que hay un bar y un restaurant en las inmediaciones, por lo cual, al estar la puerta del departamento con llave, la persona debía haber escapado por la ventana (cosa llamativa, que ningún testigo observo) o saliera por la puerta del edificio. Pero en las cámaras del hall, no se observaba, ninguna anomalía. Por lo cual la persona que hubiera cometido el crimen, nunca salió del edificio, o sea que eran vecinos.
• Además, la hermana de Susy, era médica y era la que le recetaba el viagra. Muchas veces ella misma le falsificaba la receta, usando un sello que tenía en su casa.
• Y la prueba principal es esta “mostrando el cuchillo, el arma asesina” que luego de inspeccionar la casa del portero fue hallada y confirmada por el asesino. Junto con una pequeña gota de sangre en la puerta de su departamento.
Satisfecho por su accionar y habiendo dado las justificaciones del caso, se levanto y se retiro a su despacho. J.R. lo siguió, mientras el comisario, atónito por tal brillante deducción, lo felicitaba.
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