Una vez terminado el desayuno, bese a mi esposa y me dirigí al auto con el objetivo de ir a trabajar.
Debido a mi obsesión con la puntualidad soy de salir 30 minutos antes de lo normal, para eliminar cualquier sobresalto del tráfico y andar tranquilo el camino que separa mi casa en Lomas de Zamora con mi trabajo, en Palermo. Prendo la radio en la emisora de siempre, a las 8 am hay más noticias que música, pero por suerte me sumerjo en ese mundo, escucho atentamente las noticias, alguna veces hago comentarios al respecto y con la música me relajo y me distiendo. Siempre así es mi viaje al trabajo, haciendo caso omiso al lento caminar del auto y a los bocinazos que salen de diferentes lugares, como si fuera apropósito la cantidad de auto que hay en una simple calle, avenida, autopista, etc.
Una vez pasada la estación de Avellaneda, ingreso en el puente pueyrredon y como por arte de magia, la marcha se detiene, la velocidad crucero de casi 20 a 30 km llega a 0 y por el cartel luminoso que se encuentra en el puente dice que el mismo está cortado por manifestantes a la altura de San Juan, o sea 5 km más adelante. Pensando que es algo pasajero y con la idea de poder salir de ahí, observo por el espejito retrovisor y veo cada vez más autos que me dejan inmóvil en ese lugar. Pasan los minutos y sigo ahí varado, sigo prestando atención a la voz que sale del parlante y muchas veces acompaño con una risotada las ocurrencias del equipo de radio. La música por suerte acompaña el momento, aunque por dentro la indignación, la impotencia y sobre todo la ansiedad por llegar cada vez es más notoria.
De las bocinas pasan a un silencio que asusta, cada vez la bronca se siente, se palpa. Los conductores pasan a la resignación y cada vez son más los que bajan de su auto y tratan de descargar la bronca hablando con su vecino. Yo curioso por naturaleza y también un chico simpático y socialmente agradable y caradura, según palabras de mi mujer, fui acercándome a un pequeño grupo que se había formado a unos metros de mi auto.
Previamente ya había avisado en el trabajo y por la antigüedad en la empresa y por el cargo que ocupo, no había inconveniente de llegar más tarde o de no ir ese día. Ciertamente no sabía cuánto podía demorar en ese lugar.
El reloj marcaba las 10 30 am y el auto seguía como si estuviera en el estacionamiento de un parque de diversiones.
Al acercarme al grupo empecé a conocer las historias de algunos de ellos.
Carla, una chica que aparentaba 30 años de edad, abogada, tenia puesto un conjunto de ejecutiva negro con pantalón y un saquito haciendo juego. Se dirigía a tribunales para realizar una mediación de su cliente con un famoso empresario textil.
Juan y Sofía, una pareja recién casados, que viven en Temperley y trabajan en el microcentro. El es tesorero de un banco y ella recepcionista de una multinacional. Y hoy tenían cita en el médico para controlar su reciente embarazo.
Andrés de apenas 23 años, un economista recién recibido, tenía su primer entrevista de trabajo en una pyme ubicada en puerto madero.
A lo lejos se escuchaba la sirena de una ambulancia, que de tanto sonar se quedaría sin batería, que por más buena voluntad de la gente, estaba estancada en ese mar de autos.
Luego de tanto tiempo y de tanta charla y conociendo muchas historias que hoy no narre, pero sabiendo que no son las únicas y que a lo lejos se veían muchos grupos de gente como el nuestro, con sus historias, con sus vivencias, cada uno cumpliendo el rol que le toque en su grupo. Me vienen a la cabeza diferentes pensamientos o interrogantes.
Quien es el que digita el destino y como seguirán sus vidas después de ese día fatídico. Para algunas personas, este día será el comienzo de una nueva etapa, nuevas relaciones por no hacer lo que tenían planificado. La vida les dará una nueva oportunidad? O seguirá todo como un día mas, sin grandes cambios, adaptándonos a los momentos, al país y resignando algunas decisiones por cobardía.
Quien será? Quien tendrá esa respuesta? Por lo pronto yo subo a mi auto, prendo nuevamente la radio y pongo primera que ya el piquete se levanto.
FIN
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