La dulce venganza (1)
Escrito por Alexandrocasals
Querido Amigo, usted no aprende de los errores cometidos. Comprendo que le guste hacer guita facil, pero me parece que está haciendo cagadas. Mohamed no es ni amigo ni socio de nadie, a lo sumo de él se puede ser cómplice o víctima.
Con el tema de las esmeraldas lo empaquetó.
¿Como pudo creerle que tenga una abuela colombiana? Es como si usted me dijera que su abuela es Neocelandesa. Lo van a encanar por contrabando de joyas y en ese campo no tengo contactos para hacerlo zafar.
La única posibilidad de pasarlas es de "Mula", y seguro que Mohamed se lo va a proponer. Pero yo no creo que hasta altura de su vida, por más hambre de plata que tenga esté dispuesto a que le metan un supositorio de plástico de 3 centimetros de diámetro y 12 de largo con las joyas adentro. Supongo que debe ser bastante incómodo para viajar en clase turistica.
Yo no tengo experiencia en ese campo, el de las esmeralda digo. Pero hace unos años conocí un muchacho francés en Casablanca que me contó, algunos vidrios y porrito de por medio, como manejaba un negocio familiar de importación de esmeraldas de Bogotá a Bruselas que le daba grandes dividendos.
El candidato estaba conectado con uno del lugar que lo proveía de esmeraldas en bruto de muchos quilates. En Bruselas (dicen que estan los mejores talladores del mundo) las hacía tallar y con algún joyero de confianza las trasformaba en costosas joyas de colección que vendía a Versace, Armani, y otros de la avenida Monte Napoleone en el centro de Milano.
Claro, usted me dirá cual es el negocio o como hacía la diferencia. Como le dije anteriormente el francés tenía una sociedad familiar. Él, la mujer y cuatro hijos, viajaban de vacaciones dos veces por año a Colombia, a veces también algún sobrino. Cuando tenía la mercaderia a disposición, ya en el aeropuerto se metian una esmeralda en la boca cada uno y pasaban el control aduanero chupando caramelos de menta.
Según un amigo común, entro en desgracia cuando en uno de los viajes de regreso a Bruselas, uno de los pibes se la tragó. Ni bien partió el avión se agarro una descompostura tremenda. Lo atendió un pasajero que era medico clínico y gracias a Dios el muchachito la pudo cagar antes de llegar a destino. Como podrá imaginar, se pudrió todo.
Ya ve amigo tiene dos opciones para elegir, pero, si elige la segunda y se traga la esmeralda, aguante y cáguela en algún baño de Ezeiza después que paso el control de la aduana.
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