Todo el mundo estaba conmocionado, nadie se esperaba tal resultado, mientras se miraban anonadados no podían imaginarse lo que habían logrado.
Tras tantos años de protesta y tanto sudor gastado, lo habían logrado. Todo era gozo en el seno del conglomerado. Como suponer que este día habría llegado. Y no le daban gracias ni a Dios, ni a Alá, ni a Budha ni a ninguna otra divinidad, ellos lo habían logrado con el sudor de sus frentes y sus elocuentes discursos que conmovieron a toda persona viviente.
Para mis adentros apoyaba al grupo pero no esperaba que lo lograran, ingenuo de mí, tantos años pensándolo para mis adentros como lógica imperturbable, pero también sabía que hay muchas personas que sus fanatismos les oscurecen su razonamiento y se vuelven peligrosos para todas las personas cercanas.
Pero bueno, a partir de hoy puedo decir si vivo, no en un país, no en un continente, en un mundo laico, en el que cada uno lleva su religión por dentro y en su casa, en el que no sea causa de guerra creencias diferentes, en el que la gente se dé cuenta que aun creyendo en otras religiones pueden relacionarse entre si para poder conocer un mundo multi-cultural.
Ojala llegue ese día y pueda decir tranquilamente que la excusa de la religión no comenzó otra guerra.