Si escribieras mi nombre
sobre una página en blanco
recostado en mis pesadillas
sonriéndole a las criaturas
que me habitan
quedaría prisionera de tu pluma
encadenada por siempre
a tus secretos
a las sombras que sacudes cada noche
por las calles escondidas de tu infierno.
Si soltaras las amarras que me anuncian
todas las tormentas,
exiliada de todo hechizo maligno
coloreada por tus manos
quizá el lenguaje de las mañanas
tendría un sentido
palpitando en un abrazo
pero mi nombre
no se doblega a las miradas piadosas
y se acurruca en su soledad alquímica
lejos de aquellos que anhelan
escribir mi nombre...