No parecía actual, era como un retrato.
Denotaba cansancio y resentimiento.
Hasta diría aterradora porque transmitía
falta de certeza, como perdonando todo.
Pero siempre cerca de mí; bastaba así.
Tu corazón era una fruta gigante.
Belleza incandescente que existía
entre sobresaltos y disculpas.
No hay en la vida más de lo que se le solicita.
Entre tu corazón y el mío había la distancia justa.
Texto agregado el 19-08-2014, y leído por 183
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