Un hilo se instaló
en tu voz habitual.
Tan predecible como la angustia
que te impidió respirar.
Las tenazas de tu ansiedad
opacaron tu alegría.
Aportaron a la escena, antes feliz,
un hervidero de creciente bruma.
Humedeció tu boca y se apoderó
con aspecto diferente y audaz.
Como tristeza oscura y poderosa
golpeó el sentir.
Fuiste así un desierto resbaloso
al que me apresuré en destruir.
Texto agregado el 19-08-2014, y leído por 158
visitantes. (3 votos)
Lectores Opinan
19-08-2014
Un poema muy bello y triste al mismo tiempo.*****Saludos. romie
19-08-2014
Muy triste. girouette-
19-08-2014
¿tanto le costó decirte que ya no te quería? poetautomatico
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