Dios no existe, queridos lectores. Ese es un invento principalmente de líderes religiosos de las siguientes religiones: Cristianismo, islamismo, judaísmo e hinduismo. Se lo inventaron para poder abusar impunemente de la ingenuidad de los creyentes. De esta manera, acumulan todo tipo de riquezas en La Tierra, viajan por todo el mundo y gozan mientras sus discípulos son esclavos de sus malintencionados propósitos. El cielo y el infierno son dos ideas de negocio que les han resultado muy bien a estos personajes durante muchos años. Sin embargo, con los últimos descubrimientos de la ciencia, estas ideas tienen que ir desapareciendo porque ya somos más conscientes del verdadero significado de la muerte y del horror que ella representa. En la actualidad tenemos que reconocer que lo que pasa después de la muerte no tiene ninguna relevancia.

Así como nosotros tenemos un alma, los animales también la tienen, pues pueden experimentar las mismas sensaciones que nosotros. Es decir, se sienten felices, tristes, somnolientos, les da hambre, sienten frío etc. Esto significa que el alma se refiere a nuestros sentimientos, y cuando nuestro cuerpo muere, esa alma también muere. Es entonces el momento en el que cesa definitivamente nuestra actividad integralmente; dejamos nuestro cuerpo tangible y también nuestra alma, o sea, nuestros sentimientos. Cesa la vida por completo. Para que nos hagamos una idea, morir es como dormir, pero para siempre, sin tener ninguna imagen mientras dormimos, es decir, sin soñar.

No hay nada sobrenatural en nuestra existencia, nacemos por el producto de dos compuestos químicos, dos células sexuales; y así mismo cuando morimos, venimos a ser polvo, como dice la Biblia, perdón, mucho menos que polvo, absolutamente nada. Nuestro organismo se basa en necesidades fisiológicas y en obligaciones mentales, no pensamos porque queremos sino porque nos toca. Los milagros suceden en todas las religiones, y son el producto de varias cosas: el poder de la mente, el poder de la naturaleza y el poder de estar reunidos, entre otras cosas. Además, ¿para qué queremos milagros si igual vamos a morir?

El universo no necesita explicaciones extrasensoriales. Sin embargo jamás vamos a ser capaces de entender cómo funciona el universo. Si no nacemos en este mundo, no existimos. Cuando morimos dejamos de existir, por lo tanto, Dios no existe, no hay vida más allá de la terrenal, y en la terrenal, Dios no se hace presente. Somos el producto de unos pocos minutos de vergonzosa locura sexual; sólo existimos aquí en La Tierra, y no hay nada más allá de esto.

Definitivamente Dios pudo haber hecho un trabajo mejor, e hizo esta mediocridad de mundo. Todos viven confundidos, sin ser capaces de criticar las cosas absurdas de la existencia, todos viven agarrados con todos. La idea pacífica es no tener enemigos, pero todos viven en una competencia sin libertad; la libertad no debería implicar competencia y el supuesto Dios inexistente nos metió en este lío de la vida, en el cual luchamos como locos sin saber para qué.

Dios supuestamente es omnipotente, omnisciente y omnipresente. Voy a hacerle una crítica, quiero saber si es bueno o no. Si una familia va a morir en un incendio en el lugar de residencia, que use su sapiencia para saber que eso está pasando, que se haga presente y que use su poder, es decir que sobrenaturalmente apague las llamas e impida que la familia muera. Eso no es lo que pasa en la realidad. La familia muere completamente chamuscada, sintiendo el dolor hasta en lo más profundo de sus fibras nerviosas, por lo tanto Dios no existe.

Me refiero a nuestro plano, Dios puede existir en otro plano, no en este. Esto significa que la existencia de Dios no tiene ninguna relevancia para nuestro universo, a no ser que vivan engañándonos. No lo necesitamos para nada, la moral y la ética son principios de convivencia, no tienen nada que ver con las divinidades. Nunca sabremos nada de ese ser. Dios no existe. En otro plano, si existe, es un ser increíblemente macabro sin ningún tipo de piedad.