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Inicio / Cuenteros Locales / VIGIA / LA MUERTE AZUL-CAP.8-EL DESTINO DE LAS ESTRELLAS-

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Cap.8
-El destino de las estrellas-




- ¡Shinda! ¿Donde estás?... ¡Ven corre!... ¡Que maravilloso espectáculo!
- ¡Ya voy mama!

CORRE. CORRE. RESPIRA

- Ven, siéntate a mi lado. ¡Mira que Luna tan hermosa!... ¡Y esas estrellas…! Veras…a la que está más arriba la llaman Polar o Polaris. Aunque su nombre verdadero es Ursae Minoris y está en la Osa Menor. Es la más brillante que ahora podemos ver y la más cercana al Polo Norte. Pero que no te confunda la quietud de las estrellas. Hace muchos, muchos años atrás, no era esta estrella que ves ahora a la que llamaban Polar. Entonces, hace 5.000 años, era otra que se llamaba Thuban y era con la que los navegantes chinos y egipcios se guiaban para navegar.
- ¿Y que pasó con aquella estrella mama? ¿Por qué ya no está?
- Simplemente se marcho cariño. Siguió su destino. El que tienen todas las cosas, incluidas las estrellas.
- ¿Quieres decir que esta estrella que ahora veo llegará un día que no estará nunca jamás en el cielo?
- ¡Nunca jamás! Esa es una afirmación demasiado rotunda para una niña tan pequeña como tú. Nunca podemos decir “nunca jamás” cariño. Lo que pasará es que tendrá que vagar por los cielos y visitar otros lugares durante 25.000 años y un buen día volverá a casa; Y será de nuevo el punto de referencia de navegantes y soñadores, como nosotras.
- Pero entonces… ya no estaremos aquí mama. ¡Estaremos muertas y no podremos verla!
- ¿Y eso quien te lo asegura niña? ¡Quien sabe lo que pasará mañana! ¿Quién puede decir con certeza absoluta que cuando morimos no nos convertimos en estrellas del cielo?
-
RESPIRA. ¡RESPIRA!

- Eso son cuentos mama. ¡Nadie puede convertirse en una estrella!
- ¿Y por qué no? A ver listilla… ¿Dónde crees que iras cuando mueras?
- No lo sé.
- Entonces niña ¿Por qué crees que sabes justo a donde no iras?
- Porque las estrellas están hechas de otra cosa, de otros materiales que no somos nosotros mama.
- Y entonces, ¿de donde crees que viniste tú niña? ¿Acaso crees que yo te tenía guardada en una cestita como una pequeña fruta esperando a que estuvieras madura para recogerte? No, cariño…Yo no te tenia en mi cuerpo, pero un día llegaste, mi cuerpo se transformó y creó algo que no era yo misma pero sin embargo, parte de mi. Y de repente ¡Plop! ¡Ahí estabas tú!... ¿No te parece más maravilloso que cualquier cuento de fantasía que podamos hacer eso niña?...¿No te parece que si eso pasa, cualquier otra cosa puede ocurrir?
- Mmm…entonces mama… ¿Dónde estaba yo antes de que tú me tuvieras?
- Quizás eras la estrella que un día miraba otra niña, de noche, sentada en el suelo junto a su mama, y que un día se marchó para seguir su camino…
- Mama…
- Dime preciosa
- No me llames niña…Ya no soy una niña.
- ¡Claro que si, mi amor!...Claro que si.

NIÑA…NIÑA… ¡NIÑA!
¡RESPIRA!

Shinda abrió los ojos y se incorporó súbitamente. El lugar estaba muy oscuro y apenas pudo apreciar nada de su alrededor. Al momento su garganta y su boca se llenaron de un líquido agrio y comenzó a vomitar con violencia.
- Tranquila niña…respira. Ya pasó todo – oía decir a Kail mientras le sujetaba la cabeza y su enmarañado pelo.
Se fue recuperando y poco a poco su vista se aguzó. Solo recordaba a Shoel atacándola a ella y a Kail y de pronto caer en un negro abismo. Por eso, al ver que ya no se encontraban dentro de la nave se sorprendió en extremo.
- ¿Donde estamos…Que ha pasado…?
- Por lo visto algo bien gordo le hiciste a tu amigo, el de la melenita rubia. ¡Nunca había visto a un Debrariano ponerse tan violento! –dijo Kail exclamando con un silbido -… ¡Se ve que se les ha acabado el cuento pacifista! Intentó matarnos a los dos. Contigo, casi lo consigue, así que tuve que noquearlo. Es fantástico que estos Debrarianos, a pesar de ser tan grandes tengan tan poca dinamita. Pero en cuanto te puso su manaza encima empezaste a convulsionar, como si te hubiera dado un ataque epiléptico, perdiste el conocimiento y al rato entraste en parada. ¡Me has hecho sudar tinta para traerte de nuevo niña! Después mientras intentaba buscar una salida contigo a cuestas encontré de nuevo a Zoe y ella nos guió para salir de la nave y llegar a este sucio sótano abandonado.
- ¿Zoe?... ¿Quien es Zoe?
- Hola niña…Yo soy Zoe
De entre la negrura que les rodeaba una sombra tomó forma y una joven de apenas veinte años se dejó ver. Su aspecto era similar al de Shinda: Delgada, pelo corto y sucio, vestida con retales y tenia unos grandes y hermosos ojos verdes. Lastima que sus mejillas estuvieran cuarteadas de surcos en carne viva.
Shinda se incorporó de un salto y se alejó un par de metros.
- ¡Maldita sea Kail! ¡Es una “llorona”! - dijo señalando lo obvio con su dedo.
- Tranquilízate niña – dijo Kail con seriedad – ¿Recuerdas que en la nave te dije que había podido hablar con algunas “lloronas” que eran distintas? Pues ella es la que me ayudó a recuperar mi ropa y las armas. Y ella es la que nos sacó de allí, así que al menos podías mostrar algo de agradecimiento.
Shinda se mantuvo unos segundos inmóvil, pensativa y en silencio.
Que aquella muchacha estuviera allí podía ocasionarle muchos problemas, así que optó por calmarse y se acercó de nuevo al grupo, sentándose junto a ellos.
- Bueno…- dijo Kail emitiendo un bufido – Ahora que ya nos conocemos todos y estamos relativamente protegidos voy a hacer algo de fuego y podremos comer algo. ¿Os parece bien señoritas?
Kail se alzó y con su linterna comenzó a buscar por los alrededores algo con que encender una hoguera.
Shinda no quitaba la mirada de Zoe.
Aunque no se conocían, se sabían parte una de la otra y la desconfianza podía cortarse con un cuchillo. Al cabo de un par de tensos minutos, Zoe rompió el silencio.
- Hay algo más que no sabes niña. Estabas inconsciente y no lo habrás visto, pero cuando salimos de la nave vimos otra encima de la ciudad. Seguramente será una nodriza… Nunca jamás habían traído hasta la tierra semejantes aparatos… Prácticamente ocupaba todo el cielo visible, es tan grande que apenas se veían las estrellas…
- Nunca digas “nunca jamás” – dijo Shinda con un hilo de voz
- ¿Cómo dices?
- Que no se te ocurra volver a llamarme “niña”.
Zoe la miró durante unos segundos y luego apartó la vista. Kail traía entre sus brazos un montón compacto de pequeñas maderas y se dispuso a hacer fuego.
Al poco, una pequeña llama repiqueteaba y ofrecía algo de confort en el interior del sucio y frío sótano. Desmenuzó la pasta deshidratada que sacó de su mochila, la puso dentro de una escudilla con agua y luego encima del fuego. La sopa estuvo lista en apenas unos minutos y en sendos recipientes todos la consumieron en silencio y ávidamente.
- ¡Ah! – Exclamó Kail repentinamente - …Shinda, con los nervios del momento no caí en comentarte; He traído a un amigo tuyo con nosotros. Espero que nos sea de gran utilidad…si es que sigue vivo.
Y enfocó con su linterna hasta un rincón alejado de donde ellos estaban;

Allí, en una fría esquina y sumido en la oscuridad hasta el momento, Shinda distinguió las facciones de su opresor Debrariano: Shoel.
Estaba tumbado e inconsciente, amordazado y atado en todas sus extremidades. En su costado aún pudo distinguir la marca que ella le había dejado al electrocutarle y en su cuello diviso una gran brecha de la que aún manaba un hilillo de sangre de un color azul intenso. Shinda sintió un escalofrió y bajo la mirada hacia su comida.
Kail se levantó con su plato humeante entre las manos y pensativo se detuvo a un metro escaso del inconsciente alienígena. Lo miró largamente.
- No sé si le gustará mi sopa “gourmet” a este tipo – dijo Kail en tono jocoso - …En realidad no tengo ni idea de lo que les gustará comer a estos bichos…¿Y vosotras?

Shinda y Zoe, apenas iluminadas por el flaco resplandor de la pequeña hoguera se miraron fijamente a los ojos.

Ninguna de las dos contestó a Kail.




Texto agregado el 18-08-2014, y leído por 249 visitantes. (4 votos)


Lectores Opinan
03-09-2014 Ahora el resto... están fuera de la nave, pero; ¿que les espera? ¿acaso Zoe será una trampa de los alienigenas?... seguimos... Cinco aullidos vigilantes yar
03-09-2014 La introducción al capítulo... FAN-TÁS-TI-CA; yo seré una estrella cuando muera, o tal vez un árbol, o... un lobo... uno nunca sabe. yar
19-08-2014 Bueno, en la apenas distinguible brecha que SOFIAMA ha dejado (porque su análisis preciso lo ha dicho todo), me escurro y comento. Podemos saber ahora que hay "llorones" de dos tipos: ¿"llorones conversos"? ¿O a caso son "llorones a medias? Por cierto, traigo a colación algo que ya se sabía, que Kail es inmune..., mmm, interesante, muy interesante. Continuamos... Raramuri
19-08-2014 1. Fascinante la introducción tipo flash back de este capítulo. Una manera inteligente de darnos a conocer a Shinda, la humana. Eso fue genial. Regresaste en el tiempo e invertiste los acontecimientos. Eso es empujar al lector a la reflexión para que comience a hacerse preguntas y se enfoque en el tema central, pero en este caso, más que el tema, en el personaje Shinda que nos tiene en suspenso, aún, a estas altura de la obra. SOFIAMA
19-08-2014 2. Las características del Debrariano que golpeó a Shinda es para no olvidar, así como la introducción de un nuevo carácter: Zoe . Para mí, esa información no es casual. Tienes, Vigía, el don de la capacidad expresiva y una gran riqueza lingüística. Esto unido a tu talento originará algo inesperado. Así que adelante, te sigo con gran entusiasmo. Un requeté abrazote. SOFIAMA
 
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