CUANDO MARES Y TIERRAS CAIGAN, LOS TIEMPOS SE ACABARÁN…
¿QUÉ TAL SI PINTA PARA SER HOY?
Por Mariette Sparrow.
Cuando mares y tierras caigan, los tiempos habrán concluido… nos negamos a aceptarlo, rehuimos de la idea, desde pequeños nos obligamos a verlo como algo lejano, como algo que no acontecerá en nuestro tiempo, para no aceptar que vamos en rumbo galopante a la magnánima catástrofe que señalará al mundo- joven aún- el fin del camino.
Pero pongámonos en los zapatos de los realistas- los pesimistas, apocalípticos y paranoicos en un mundo donde impera el falso optimismo-y entendamos que vamos caminando derecho a la autodestrucción, tanto en lo ecológico como lo social. Entender que la fortuna ha imperado el mundo durante suficiente tiempo y que hemos trazado el rumbo directo a la Tercera Guerra Mundial.
Fortuna Imperatrix Mundi.
Lo sabían los antiguos romanos, lo sabemos nosotros: la Fortuna es la Emperatriz del Mundo; sea auto coronado y nosotros, estúpidos súbditos, la aceptamos gustosos y sedientos como la guía de nuestras vidas… y ella acepta con mohín irónico el cargo, dispuesta a seguir sus propios preceptos y hundirnos en la codicia.
Sin embargo el sistema colapsó. Lo hizo en 1914 con la Primera Guerra Mundial, lo hizo en 1917 con la Revolución Bolchevique y el Despertar Ruso… con el nacimiento de una potencia que se ha convertido con la esperanza entre el fracaso. Lo hizo en 1929 con el Jueves Negro, en 1939 con el estallido de la Segunda Guerra, en 1945 con la separación del mundo en dos alianzas y un tercer bando: era el estallido de la Guerra Fría; continuó haciéndolo en 1991 con el fin de la URSS… ¿Por qué no habría de hacerlo ahora en 2014?
Desde 1914, hace exactamente 100 años, comenzaron los indicios a forjarse y a sostener el despertar de un pueblo adormecido: Rusia, que a partir de ese instante tomó un papel crucial en nuestra historia y que ahora no puede dejar. De forma directa y práctica, la codicia movió el mundo desde ese entonces, cosa que se marcó más aún en 1945 con la Guerra Fría.
El punto codicioso se lo adjudicó Estados Unidos, con un ideal que bien podría identificarse con el Imperialismo de las potencias europeas del siglo XIX. Mediante inteligentes estrategias, literalmente tentó a la mitad del mundo, apropiándose con sus inversionistas de las áreas prolíficas, llenas de recursos que podía serle de utilidad: petróleo, mano de obra, metales, madera y un larguísimo etcétera. El negocio era bien simple: los dueños de aquellos recursos- de los cuales dependía el desarrollo de sus países-cedían las áreas a los inversionistas norteamericanos y Estados Unidos les daba ayuda monetaria y social-una ridícula y vil ironía-, y los protegía militarmente. Ahora la pregunta es, ¿hasta cuándo llegaría esa protección? Esperaos unas líneas, hasta el siguiente apartado, y sabréis.
Por supuesto que el negocio fue redondo. ¿A quién le sirve el petróleo si es enemigo de todos sus países limítrofes? ¿De esas “peligrosas arpías” que a la más mínima disputa les robará el valiosísimo petróleo? Por supuesto que es mejor que Estados Unidos lo robe legalmente y con todo su consentimiento, para protegerles aquello que ya ni les pertenece. Y así es como los Estados Unidos de Norteamérica se convirtió en el flamante y legal nuevo dueño de Arabia Saudita, técnicamente toda África, Indochina, Irak e Irán. Si seguimos contando, encontramos los Gigantes Asiáticos- India, China, Japón y Corea-, Latinoamérica- recordad que somos su “patio trasero”: nuestra mejor producción para ellos y sus trastos para nosotros-, y si nos falta Oceanía, no os preocupéis: tiene bases militares a lo largo y ancho del continente.
La economía norteamericana subió como la espuma: todos estaban obligados a comprar los productos que ofrecía en el mercado, puesto que tenía el monopolio comercial… lo triste es que fue la única economía realmente próspera.
La codicia es la madre de la pobreza y la pobreza es la madre de la codicia. Lo supo Ucrania al separarse de Rusia y lo supo Rusia al intentar hacerle volver. Y, por supuesto, lo supo muy bien Estados Unidos a la hora de fomentar la revolución en Ucrania- y muchos países más- para llegar meses después con la Mary-Sue Histórica: la ONU y ser alabado por media Ucrania, que en agradecimiento le cedió alegremente sus reservas de petróleo, su mano de obra y su carbón.
Lo curioso es que se aseguró de ganarse el odio ruso y ucraniano justo cuando se alió a Israel y está demostrado que el mundo entero es de su propiedad… ¿Ahora entendéis por qué hablo del fin del mundo? ¿De la Tercera Guerra, cierto?
Otros Conflictos en el Mundo.
En este apartado, dejaremos que el esbozo de guerra en Ucrania se esconda vergonzosamente detrás del telón y nos iremos de viaje, a recorrer el mundo y los conflictos que tanto abundan en él. Conflictos que, si bien no tienen la magnitud de Ucrania para desatar una catástrofe de tamaña índole, son perfectamente capaces de aportar sus buenas toneladas de leña y carbón para encender rápidamente la hoguera.
Salimos de Kiev, viajamos hacia el sudeste: a la Franja de Gaza. Ahí el Conflicto Palestino-Israelí está en plena acción. Aquellos que lean, escuchen, vean las noticias, comprenderán que la situación no es alentadora. Como de costumbre, Estados Unidos está inmiscuyéndose y en favor de Israel- que no está precisamente desarmado como se había establecido tiempo atrás-, pero no lo está haciendo solo, ni siquiera da la cara, se cubre tras una máscara y esa máscara tiene nombre: Chile.
Decir que Chile se mandó la “embarrada” del siglo es poco, decir que lo ha hecho y por partida triple sería más apropiado. Se ha inmiscuido y en favor de Israel, promoviendo un cese al fuego de 72 horas y enviando soldados. Para mostrarlo de modo claro, sus errores han sido los siguientes:
1. Se ha aliado indirectamente a Estados Unidos. Ya no tiene cómo decirle que no peleará y como carne de cañón a su lado. Antes le unía la economía, ahora la economía y su voluntad. Por donde quiera que estalle el conflicto va a pelear por una causa que no le representa, que sólo le hará perder y mucho.
2. Se ha puesto en la mira del mundo como capitalista, es decir, se está tirando encima a Rusia, Norcorea y muchos otros que pondrán entre sus blancos a Chile, por supuesto.
3. Se ha puesto en la mira del mundo árabe al haberse puesto en posición contrapuesta. Si pensáis que son sólo un par de países y nada más, id y decírselo a los peligrosos Hamás, por ejemplo.
Aquí la situación está tan peligrosa como en Kiev, allá por los misiles, acá porque es un conflicto que acabadas las 72 horas volverá más fuerte, en un territorio en que están los credos de las tres religiones más profesadas en el mundo. Un territorio donde un blanco mal puesto en la mira puede desatar la ira de una creencia entera que se irá contra otra.
Vamos al noreste ahora: a Irán e Irak, donde las autoridades a finales del mes pasado han ordenado la ablación de todas las mujeres entre once y cuarenta años, las cuales huirán… al menos eso harían si sus países no estuviesen entre más países musulmanes. Esto causará revueltas y confusión interna. ¿Quién es el culpable? No, no son los talibanes, es Estados Unidos que hirió los nacionalismos árabes, dando partida a los talibanes que hacen semejantes ordenanzas.
Vamos al noreste: Corea. Ambos países son los más grandes fabricantes de misiles en el mundo y están en conflicto. Y como es usual, Estados Unidos se mete en el asunto: apoyando a los surcoreanos y persiguiendo a los norcoreanos.
Vamos al sudeste, llegamos a Sudamérica, sitio lleno de países en constante guerra civil disfrazada en el nombre de “pugna política”. ¿O acaso ha cambiado de nombre lo que Estados Unidos fomenta en Argentina, Brasil, Perú y Bolivia? Hagamos un zoom, vamos a Argentina, la situación económica podría dar a lugar a un fuerte conflicto en el que Chile podría salir gravemente perjudicado.
Podríamos seguir viajando, al noroeste, de regreso. Llegaríamos a Somalia. Y si he repetido suficientes veces el calificativo de “guerra civil” en este texto, tendré que repetirlo al menos una vez más. Es el motivo por el cual Estados Unidos se inmiscuyó en los asuntos internos de este país, apropiándose convenientemente del recurso marítimo- está prohibido para los somalíes pescar en su propio mar-. Eso gatilló anarquía y piratería.
Teniendo estas causas bien claras sobre la mesa, podemos comenzar a mover las piezas en el tablero y hacernos una idea de las directrices que tomaría una Tercera Guerra-que se está gestando-. Quien sabe, si somos capaces de atajar el asunto a tiempo, si no nos toma de sorpresa, podamos hacer que esto quede sólo como una buena jugada de ajedrez.
La Tercera Guerra Mundial.
Probablemente ante este postulado el 50% lo tilda de fantasioso- meramente literario- y el otro 50% de algo paranoico y añadiría de buen grado que es inverosímil que algo así suceda en nuestros días.
Bueno, no me equivocaría si dijera que en 1914 nadie se imaginaba una guerra de la magnitud de la Primera Guerra y en 1939 nadie esperaba repetir el episodio sangriento de nuestra historia con la Segunda Guerra.
Pero hoy, en pleno 2014, estamos andando por el mismo camino negro que nuestros antepasados de 1914 y 1939. Pero ahora sí puedo daros cada mísero detalle de la avanzadilla.
En 1945 surge la URSS y Rusia se anexa varios estados, entre ellos Ucrania. Es 1991, cae la URSS, pero Ucrania continua siendo rusa. Es 2013 y los rusos manifiestan su deseo de volver a parar la Unión Soviética, de inmediato el Estado se moviliza y comienza a forjar alianzas con las otras naciones que formaron aquella antigua unidad con el fin de resucitarla. Es 2014 y un extraño, empero respetable, sentimiento de nacionalismo invade a las regiones ucranianas. Cierra el mes de marzo y Kiev se separa de Rusia, estimulada por las brillantes ofertas de la Unión Europea. En una situación así, cae casi de lógica que el país se divida en dos bandos- en este caso ucranianos y prorrusos-. Y, en semejante cuadro de división, lo único que completa el cuadro es que la economía nacional colapse…
…Yeso mismo sucedió. Ante esa crisis, pasó lo que tenía que pasar: la gente se reveló y la ira, el peligro y los bombardeos fueron pan de cada día. Estados Unidos visualizó que la situación estaba “a punto” y entró en Ucrania con la ONU y con sus soldados a “evitar la masacre”. Por supuesto que se puso del lado de la Unión Europea, ese siempre fue su plan: evitar que Rusia volviese a fortalecerse y ser su archienemigo del siglo pasado. En otras palabras, para evitar la reconstrucción de la Unión Soviética tenía que recurrir al único país que no iba a querer formar parte de ella, ayudándole a recuperar su libertad y ese es Ucrania.
De más está decir que Estados Unidos se convirtió rápidamente en el héroe de los ucranianos, quienes le cedieron su petróleo gustosos como muestra de su agradecimiento. El más beneficiado de todo esto fue el hijo del Vicepresidente de la Casa Blanca, quien encabeza la nueva industria petrolera ucraniana. Todos hubiesen sido muy “felices” si Rusia no se hubiese percatado de que a Ucrania le estaban robando su principal recurso y que, dicho sea de paso, se estaba perdiendo la oportunidad de volver a formar la URSS. Entonces entró en Ucrania levantando a los prorrusos.
El punto álgido de esta segunda Guerra Fría fue alcanzado cuando los prorrusos derivaron con un misil el avión de Malasia Airlines, en el cual iba una curiosa y coincidente selección de personajes de gran relevancia en el mundo político y social de nuestro tiempo. De más está decir que Estados Unidos condenó el hecho y redobló sus fuerzas, enviando a sus investigadores a llegar al lugar donde habría caído el avión malayo. ¿Qué pasaría si esta fuese una estrategia de Estados Unidos para conseguir entrar definitivamente en territorio ucraniano? Porque sólo la CIA conoce el lugar y causa de caída del avión. ¿Qué tal si todo es una farsa? No es una mala estrategia… El caso es que a los prorrusos poco y nada les gustó y bombardearon el área de investigación, varias personas que trabajaban en el lugar murieron. De más está decir que Estados Unidos y la Unión Europea condenaron el hecho en una sola voz. Pero esta vez no con sus ejércitos, sino con la economía.
Rusia se dio cuenta la semana pasada de que Ucrania, tras los diversos bombardeos que se han realizado en su territorio, está completamente devastada: de que las ciudades están en ruinas, de que la tasa de cesantía es altísima, de que la comida escasea al estar los cultivos destruidos, de que el agua potable también es escasa al igual que la electricidad. Notó que levantando a los prorrusos no estaba haciendo una ayuda suficiente. Entonces decidió entrar en tierras ucranianas en misión de paz para repartir alimento.
Quiso entonces echar mano de sus tratados comerciales. Pero Estados Unidos y la Unión Europea, condenando la muerte de las personas que trabajaban investigando el paradero del avión de Malasia Airlines, clausuraron su venta de fruta-el producto que más se necesita en Ucrania por ahora- hacia Rusia.
Rusia, que a su vez tiene prohibido comerciar sus productos con Europa y Norteamérica y que no tardará en caer en crisis, decidió probar un nuevo mercado y miró hacia Sudamérica. El primer lugar hacia el cual mirará es hacia Chile, puesto que nuestro país tiene una de las mejores producciones de fruta a nivel mundial.
Chile, entre la espada y la pared, notará que si comercia con Rusia va a estar saliendo automáticamente del próspero mercado estadounidense y, dicho sea de paso, de los parabienes de los norteamericanos, pasando a considerarse un “traidor”. Por otra parte, notará que cerrarse el mercado con sus principales compradores (Europa y Norteamérica), no convendrá demasiado, ya que Rusia no tardará de caer en el default al haberse aislado considerablemente. Entonces, hará oídos sordos a la petición rusa y declinará diplomáticamente la propuesta.
Entonces Rusia mirará hacia el lado: Argentina. Por motivos climáticos puede tener una producción frutícola similar a la de Chile y por motivos políticos y económicos-el juicio por el default y su rivalidad con los Estados Unidos-estará dispuesta a comerciar con Rusia.
Entonces Rusia podrá ir tranquilamente a repartir alimento a los ucranianos. Estados Unidos por su parte, verá que su alianza económica está a punto de caer en una crisis, entonces fortalecerá una medida que ya ha adoptado: partir en ayuda social con alimento y víveres de primera necesidad hacia Gaza y los países árabes, que al estar en una guerra civil lo necesitan y bastante. Al haber un exceso de producción y una baja de la demanda de productos, entre ellos fruta, los europeos caerán en una crisis y no podrán comprar a Chile su producción- al cabo que no la van a necesitar-, puesto que al no poder comerciar con Rusia va a haber una desvalorización del precio de la fruta y, a su vez, no estará esa entrada de dinero, por ende no podrán pagar.
Chile se quedará con su producción, pero también con su cobre… eso le llevará a una crisis. Como Estados Unidos habrá caído ya en default, será incapaz de ir en ayuda de países latinoamericanos con problemas sociales- entre ellos Bolivia-, los cuales mirarán los recursos chilenos acusatoriamente y no lo pensarán dos veces antes de unirse a Argentina para irse en conflicto.
Los europeos van a desesperar magnánimamente ante la ausencia de petróleo, entonces van a ocupar la avanzada en primera fila y van a irse como locos sobre el petróleo ucraniano y ruso- la base de sus industrias-. Rusia y Ucrania van a tomar cartas en el asunto. Entonces el hijo del Vicepresidente va a tener que viajar a Ucrania a resolver la situación de sus recién adquiridas y flamantes petroleras. Está de más decir que esa será la oportunidad que aprovecharán los prorrusos y los rusos para hacerle puntería al avión y, le den o no, Estados Unidos declarará la guerra.
Los europeos y estadounidenses marcharán sobre Rusia, que será el primer punto de la avanzada. Ahora bien, las dos Coreas tomarán sus respectivas posiciones y los países latinoamericanos también.
Palestina-Israel será un territorio en que el conflicto continuará fortaleciéndose más y más. Entonces Europa y Estados Unidos irán sobre el petróleo fácil: el petróleo de los países árabes y del territorio israelita. Los musulmanes entonces tendrán todo su derecho para atacar la zona cristiana de Jerusalén y, por supuesto, la judía- que no habrá sido más que un puente-. Entonces los musulmanes serán perseguidos por todo el mundo.
La guerra- que no hay otra palabra para definir este conflicto- ya no será sólo mundial, sino también religiosa. Somalia, país mayoritariamente musulmán, se levantará contra Estados Unidos y proveerá de productos marítimos a sus congéneres religiosos y a sus aliados políticos- Rusia y su bloque, en el cual no estamos- y la zona pirata somalí se volverá peligrosísima y cada vez más extensa.
Ahora la pregunta es, ¿cuál es la urgencia por el petróleo? ¿Por qué Estados Unidos y Europa habrían de ir a conseguir el petróleo árabe? Pues, muy sencillo. Además de para poder mantener activa su industria y supervivencia durante esta guerra, necesitan producir armas. Esta guerra no será como las otras, llena de batallas frontales y caballerescas; su clave será el armamento nuclear, los misiles, y para eso se necesita petróleo. El que quiera ganar, necesita mucho petróleo y en circunstancias así, nadie quiere perder y ser destruido.
Lo siguiente, será el caos. Huir de los misiles y dejar los territorios estériles. América no es opción: con elementos de ambos bandos. África tampoco. Oceanía es una gran base militar. Asia y Europa son donde el conflicto estaría más vivo. Sólo quedarían los polos. Groenlandia es territorio en teoría danés, sin embargo, hay una activa base militar estadounidense en la cual se reserva ejemplares de todas las especies comestibles de la tierra. La Antártica es una amalgama de bases militares. No son seguros. Sólo quedan la Península de Jutlandia e Islandia libres de alianzas y peligro… hasta que los misiles y la contaminación les alcancen, claro…
Sólo queda agradeceros vuestra atención, pediros que lo penséis y que compartáis la información que acabáis de recibir con cualquiera que podáis. Cuidaos, la paranoia no siempre está de más...
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