Es posible que no me recuerdes.
Irte lejos, no volver, no hacer más daño del que solías hacer.
Sutil brisa, de otoño cubriste y llenaste mis ojos de azul.
Desarmaste un corazón, construiste uno nuevo.
Borraste una huella y regresó el miedo.
Enterrado en el más allá,
en los límites del cielo, entre el limbo y el infierno
Una señal remota, sutil y distorsionada reaparece tu anatomía,
sollozos y alegría a tu paso y consigo el desenlace de una historia
que tuvo dulce comienzo y anunciado final.
Te observé, te miré.
Te dejaré.
Sí.
No fue derroche, fue lo que creíamos ver.
Una verdad, una prueba fehaciente del querer.
No volveremos, no buscaremos.
Dejaremos que el mar nos ahogue en llanto, que nos extrañemos tanto…
Tiene sentido el huracán que fuimos,
tiene sentido borrarnos del mapa.