AMOR A PLENITUD

Languidece la noche
y aún me queda amor
para darte.
Recubro mi cuerpo de ternura,
acaricio tu piel aterciopelada,
arrancando de tu alma
débiles sollozos que confundo
con los suspiros de la flor de la camelia,
cuando el viento la besa, acariciando suavemente
sus pétalos,
poniendo a cimbrar a plenitud
su suave torso en primavera.
Aspiro el aroma idílico de tus cabellos
atrapado en el tejido de la tela de la almohada,
envuelve mis sentidos,
cautiva y,
hace pronunciar tu nombre con voz enternecida,
al entregarme con pasión a satisfacer los deseos
que circulan por tu cuerpo enardecido.

JOSE NICANOR DE LA ROSA.