En la conciencia actual del escritor, es cuando más en cantidad, y más en profundidad, ha calado el Internet. Escribes y escribes palabras, frases enteras, párrafos. Talleres virtuales e información precisa y abundante, van enriqueciendo el entorno.
Revisas una y otra vez. Y al final, vuelves a revisar. Dejas que el manuscrito repose en el cajón. En este caso, el escrito reposará en la carpeta de la computadora, -Novela en ciernes-. El apunte puntual para tallerear tu novela. Maestrías en lenguas inimaginables, Doctorados en creación literaria. Puntualizaciones en la narrativa. Cursos en línea. Decálogos intragables. Con todo esto, de algún modo, sufro lo indecible por las ignorancias con las que tuvieron que escribir Cervantes, Chejov, y algunos otros.
En este afán, comencé escribiendo impetuosamente una novela. Durante semanas y semanas enloquecí, en el disparate de sentarme más de doce horas frente a la computadora. Decenas y decenas de palabras fluían como en un torrente de aguas. Desbocadas y encabritadas, formando capitulo, tras capitulo. 568 paginas. Con titulo incluido: Soledad en el silencio
Asumí, el papel de crítico, y no tan sólo eso. A tallerear el asunto. Maestros y doctores escudriñando mi texto. Sugerencias a diestra y siniestra. Paja. Concreta. Asimila. Redondea. Psicología del personaje. Entorno. Leitmotiv. Alter ego. Y un sinfín de términos y conceptos desfilando en torno a mi novela. Recortar y redondear, dejar reposar. El cajón de los enredos. Experimental. Asómate a los grandes. Nada que ver. Te recomiendo al joven con nuevas propuestas. Mas intragable que lo mio. ¿Cual es la razón para que sea el, mi referente?. Tan malo el giro, como el colorado. En un acto de absoluta desesperación, el cajón de reposo, en este caso la carpeta de la novela en ciernes. Salió disparada al universo digital del suprimir o borrar.
Después de un arduo y doloroso trabajo, rescatando versiones olvidadas, y dándole un trabajo exhausto a mi cabeza. Logré armar la novela, ahora reducida a 344 páginas. Con titulo incluido, pero modificado: Angustia, soledad y silencio.
De vuelta la burra al trigo. Talleres y lecturas en grupo. Los maestros y doctores son infames. Críticos desalmados. ¿Y dime uno que tenga una buena novela escrita? Compañero. Compañera. Los decálogos te los puedes meter por el
Asimilo la pasión del personaje. La angustia. El desdén. Puedo ver el rostro compungido de tu protagonista. La ansiedad que me invita a beber un tequila, un mezcal, una copa de vino. Por cierto, pásame la botella, los cigarros, el churro. Y qué opinas de mi cuento?, y terminas por allí opinando, desangeladamente de mamotretos. Y mucha paja de nuevo.
La dama del silencio y la soledad, el nuevo titulo. Tiene ahora una concisa concepción del ambiente y del universo. La traslucida apariencia del alma de mi protagonista, contrasta magistralmente con la opulencia, y macabra insensatez del antagonista. Son doscientas treinta y cinco páginas. Con titulo incluido. Trescientos treinta y tres paginas menos. Así, concisa y cabrona. Dijeron los compañeros. Por cierto me chuté treinta ocho cuentos. También les dije que fueran concisos y cabrones.
La soledad de la madrugada. El inseparable café chiapaneco. En una sentada puedo con toda tranquilidad, beberme entre 12 y 15 tazas. Todas de expreso. Vueltas y vueltas de un tema a otro. El Internet y la búsqueda. Armar y desarmar la historia. La novela corta o nouvelle, Francesa. Los conceptos del cuentote largo, muy largo. O la novela corta, muy corta. No más de veinte cuartillas. Asimilables. Estructuración perfecta. Curso, nudo, desenlace. La corrección del estilo. La propuesta de alguna editorial independiente. Nos vamos 50/50. El titulo no vende. No engancha. No me sabe.
Al desconocer el origen, brinca lo primero. Muy extensa, hay paja, los personajes deslavados. No me muestran su psicología. ¿Es creíble?, ¿es verosímil?
Pinche Don Quijote, y sus batallas con molinos de viento, eso si es verosímil.
El cuento se llama: angustia y soledad. Lo concreté en una sola sentada, al ir eliminando párrafos enteros de la nouvelle. Seguí al pie de la letra el concepto de Juan Bosch. El cuentista, como un tigre. Acechando, aislando, acorralando. Hasta saltar y desgarrar a la victima, de un sólo zarpazo. Ahora para publicar el libro, solamente me hacen falta los otros veinticinco cuentos. Mínimo. Alguna antología. Le digo a mi correctora de estilo, ahora mi amiga. De hecho nos hemos acostado un par de veces. Esencialmente no cuenta como algo estable. O algún concurso. Y te asomas por la red, y como dicen en México, hay un chingo
No se adapta a la temática. Demasiado extenso. No violencia. No sexo. 500 palabras. Ya se le había dicho que, 500 ni una más, pueden ser menos. Pero no más. Solo mexicanos, pero del estado de Coahuila. Sólo de Chiapas, allí si voy, pero sólo del municipio de Jiquipilas. Sólo argentinos, sólo chilenos. Sólo mujeres. Sólo niños.
Primero darlo a conocer por la red. Hay buenos sitios. Y te enganchas y te apuntas, y te haces de amigos. Y te das paseos por las líneas. Y comentas y te responden. Este cuento debe ser bueno, tiene 590 visitas. Y es una sola línea, o dos a lo mucho.
Camino a casa. La madrugada cerraba sobre él sus fauces. Al doblar la esquina la muerte ansiosa. Esperaba.
30,000 estrellitas. Veinte mil comentarios. Maestro. Maestro. El dinosaurio tiene rival ahora.
Este otro sobrepasa ligeramente la cuartilla. 400 palabras. Blablablá. Mucha paja. Sigue intentándolo. El mundo vertiginoso, la lectura de viñetas. Mucha labia. Las mini-ficciones. El micro-relato. Haikus. Minipoemínimos.
Dios, gracias. Finalmente pude publicarlo en la red, lo han aceptado sin cortapisas y me atrevo a decir que ha sido reconocido como una excelsa, aunque pequeña obra de la literatura. Tiene la friolera de 200,000 visitas. ¿Estrellas?, todas. Comentarios incontables.
El titulo de lo que fue una novela, después una Nouvelle, o cuento largo, cuento, mini-ficción. Es también la totalidad del cuento. Es una concentración del universo, con todas sus emociones y angustias. Con todas sus soledades y gritos. Con todos los sentimientos por los que ha vagado la humanidad. Es también todo el efecto de una guerra. Y es el resumen de toda la conflagración y el sentido del hombre. La muerte.
Micro:
Silencio
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Autor del micro: Oscar Martínez Molina
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Comentarios un chingo.
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