Te extraño con partes de mi cuerpo que nunca creí que podían extrañarte...

Te extraño con mi cabello, que anhela impaciente el roce de tus manos; te extraño con mis pies, que no quieren andar otro camino que no no sea el que los conduce a ti...

Te extraño con mi estomago, que solo desea saciar esta hambre de tí con tus besos... Te extrañan mis pulmones, que buscan de forma incesante en el aire algún presagio que les diga que volveras...

Te extraño con cada una de mis vertebras, que solo se mantienen en pie por la esperanza de abrazarte...

¿es raro que no te extrañe mi piel?... Esa aun encuentra refugio en la ropa sucia que dejaste olvidada... Tampoco te extrañan mis labios... Esos aun guardan un poco de saliva de tu último beso...

Pero esta manera absurda de extrañarte con mis tripas, mis axilas, mis hombros... Esa es la que me está matando amor mío...