Ya falta menos. Apenas un poco más de una semana, y una cumple ya el cuarto de siglo... Parece mentira, 25 años ya y parece que fue ayer cuando iba a párvulo o correteaba por la playa comiendo arena.

A estas alturas de la vida, una ha vivido muchas cosas, pero queda también mucho por vivir. A estas alturas se tienen nostalgia y ganas.
Nostalgia de personas que estuvieron en algún momento -o en muchos- de esos 25 años, de algunxs que se quedaron en el camino, de otrxs que llegaron y -como estrellas fugaces- se fueron, de algunxs que siguen por ahí... y se ven
de vez en cuando, de otrxs que han dejado huella al marcharse y necesitas que vuelvan a estar presentes. También de lugares que una ha visitado -o en los que ha vivido-, de los recuerdos que se va dejando una colgados (como posits) en lugares especiales de algunas ciudades...

Y también se tienen ganas. Ganas de seguir viviendo, exprimiendo el jugo de esta vida.. que es lo único que nos llevaremos cuando la fiesta se acabe (y venga luego lo que venga), que la vida hay que beberla sin miedo, y vivirla ya es un premio del que a veces no se disfruta.

A estas alturas ya la gente no sabe si llamarte "chica" o "señora", (menos mal que me siguen diciendo "niña" por eso de las pintas de criaja...
¡¿qué le vamos a hacer?!) Pero a veces te llaman de usted, y no sabes si reírte o llorar, o tal vez mirar hacia atrás... Es cierto que ya no tiene una la edad de antes, nunca pasó, y la vida te va poniendo en situaciones distintas -a veces difíciles- que te hacen recordar...

Y comienza una a decir cosas como "cuando era joven" (aunque sea de coña), "hace años", o a pensar que nuestra generación era mejor que esta de hoy en día. Y se te echan de golpe todos los años a la espalda... y se siente una mayor. No vieja, no adulta... sino mayor.

Y al hacerse una mayor, echa la vista atrás... quedan tantas huellas en el camino, junto a mí, que sería hasta pecado no acordarme de TI. Sí de ti, que has hecho, poco o mucho de este camino conmigo... a mi lado. Y que aún necesito de ti, de tu consejo y compañía.

Ahora que se acerca mi cuarto de cumplesiglos, que no es mío porque siempre será NUESTRO -hermano, compañero, amigo... nuestro-, a la gente le da por
preguntar. Y pa' que la gente pregunte, como dirías tú, les dejaría verbalizar eso que todos preguntan y nadie sabe a ciencia cierta qué es.

Todos vienen a decir lo mismo: ¿Qué quieres para tu cumpleaños? Nada señorxs, no quiero nada. Pero también lo quiero todo. Comprendedme, soy joven, lo tengo todo y todo me falta... ¿¡qué voy a querer?!

Quiero amigxs que me acompañen mientras me canso a veces de dar pasos, quiero que vuelvan lxs de siempre, lxs que se fueron, lxs que están pero no es cerca, quiero las canciones que -de madrugada- destrozábamos en mitad de cualquier parte, quiero las conversaciones llenas de silencios que teníamos TÚ y yo, quiero la redención de los errores que he cometido...
Quiero que la gente que se olvidó de mi me recuerde, al menos un día, quiero una llamada que hace años espero, quiero el regalo de tu ser envuelto en tu propia piel, quiero volverte a ver... Quiero. Quiero...

Pero no quiero nada. No quiero regalos llenos de dinero, vacíos de todo, no quiero volver a verte llorar, no quiero lágrimas nunca más, no quiero sentirme sola y vacía porque TÚ no estás, no quiero comprobar lo que no soy para ti... No quiero flores, ni compromisos, no quiero felicidad enmascarada. No quiero promesas rotas, ni sueños por deshacer; no quiero vender mis recuerdos al por mayor, no quiero tener que olvidar, no quiero barcos de papel dispuestos a naufragar.

Tan solo quiero.. Hoy, mañana, ayer y siempre. Te quiero presente. No sé lo que quiero, pero sé que -dentro o fuera de mi vida- te quiero.