Cuando llegamos al precipicio, cambiamos

Acabo de ver una película titulada “El día que la Tierra se detuvo”. Esta versión del 2008 con Keanu Reeves, es un remake de la misma del año 1951 con Michael Rennie.
Para los que no la vieron se trata de un extraterrestre que viene a la Tierra a salvarla. La protagonista femenina cree al oír eso que va salvar a la humanidad, pero ese ser le deja claro que salvar a la Tierra es eliminar a la humanidad y todo lo que hay en ella.
Hablando con un profesor el extraterrestre le confiesa que vino a la Tierra para impedir que se inventaran armas nucleares más poderosas que la bomba atómica, que se volverían una amenaza contra el resto de los planetas habitados, los que se verían en la obligación de destruir a la Tierra.
Esto fue dicho en la película de 1951, ahora 60 años más tarde se inventaron armas destructivas mucho más poderosas, que están en manos de locos fanáticos que se creen dioses y que se creen con el derecho de aniquilar a los que les desagradan por religión, color de piel o simplemente porque les molesta que existan.
En la película de 2008 quieren que el extraterrestre cambie de opinión de eliminar a la humanidad diciéndole “cuando llegamos al precipicio cambiamos”
Veamos el panorama hoy en el 2014; en el medio Oriente se matan despiadadamente, porque una parte quiere borrar del mapa a un país entero. Algo más lejos un loco fanático quiere que los habitantes de su país se cambien de religión sino los mata. Y esto está haciendo con la población decapitando a niños y adultos. Los que pueden huyen despavoridos para salvar su vida. En Asia hay otro conflicto entre dos países vecinos. Y si eso fuera poco los terroristas en varios países, cobardes todos ellos porque esconden su cara para no ser identificados matan y mantienen rehenes.
Mi pregunta es: ¿hemos llegado ya al precipicio para querer cambiar?
No lo creo! Se gastan millones para inventar una máquina el CERN para descubrir a donde se fue la antimateria. Fuera de unos pocos científicos que les puede interesar, a la mayoría de los habitantes del ya no tercer mundo, sino del cuarto lo único que les interesa es como alimentar a sus hijos, como cuidarlos para que no los maten para robarles sus zapatos, bicicleta u otra pertenencia que el pobre tenía, para seguir comprándose drogas.
Estamos cada vez peor! En la última versión de la película el extraterrestre dice y con razón: para salvar al planeta Tierra tenemos que eliminar a sus habitantes.
Pero hay una pequeña lucecita en el horizonte; cada vez hay más personas que cambian sus hábitos de alimentación y se vuelven vegetarianos y veganos. No solamente adultos, sino también adolescentes y hasta niños que se niegan a comer carne. Todos esos seres son los niños índigos que estuvieron naciendo desde hace muchos años. Lamentablemente no todos los niños que nacen son índigos.
Fíjense en los animales carnívoros, son todos los que persiguen y matan para alimentarse. El consumo de carne los hace feroces. Eso también provoca en los seres humanos una reacción a la violencia.
Lentamente nuestro planeta está tomando las riendas y matando miles de personas con los terremotos, tsunamis, huracanes, erupciones volcánicas y enfermedades que hace algunos años fueron desconocidos.
Esas muertes en su conjunto no tienen importancia para la naturaleza, si para cada individuo que se aferra a su vida y para los que quedan atrás lamentando la pérdida.
Pero hasta que la totalidad de la humanidad no se haya dado cuenta que cada vida es valiosa y puede y debe aportar su grano de paz para vivir y dejar vivir, aún no hemos llegado al precipicio.