Provinciano es el que no nació en la capital
El que fue parido junto a la tierra fecunda
El que juzga las cosas a través de ella
Prolongación inalterable de su fuerza
Que tiene la voz airada de sus demandas
De su amor y de su ira y violencia

La luz del sol fue nuestra primera alegría
Esa zarza ardiendo entre colores vivos

Fue motivo de nuestra primera ternura
Esa planta indefensa que brotaba del barro

Fue nuestra primera tristeza esas tardes infinitas

Conocemos el dibujo que hace el agua
Cuando avanza sobre el suelo reseco

Sabemos el equilibrio horizontal de los arboles
El ruido que producen las hojas en el silencio
El lento caminar de las nubes orgullosas

La belleza de la luz cuando las sombras vencidas
Son abandonadas en el muro, junto a las tapias
Temblando sobre la piel cansada de los viejos

Nuestra mente está organizada a espacios abiertos
A silencios en los que nada amenaza
Donde aún sobrevive la alegría pura

El color de la tierra es el color de nuestro mundo
Es ver nacer el día y acabarse sobre el paisaje
De nuestro querido terruño, porque amamos
Esa inmortal continuidad de sus ritmos
Y ese misterioso sentido de sus ciclos eternos
Nosotros vivimos con la historia y entre la historia.