Este agosto es un mes de añoranzas, preparando el sendero para la llegada de la primavera.
Llovió intensamente varias horas, después la brisa tibia obsequió aromas que parecen nuevos, más el olor grato de la tierra mojada. La belleza de las ramas que danzan al compás del aire tibio y las hojas del naranjo relucen adornadas con gotas de rocío preciosas como joyas. Todo se vuelve esplendoroso y renacen mis esperanzas de continuar por el sendero un tiempo más y que mi alma se renueve. Mis manos tiemblan, una extraña emoción me recorre.
Texto agregado el 10-08-2014, y leído por 319
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