ENJAULADOS.

presos de miedo y vergüenza,
nos arrastramos con las alas marchitas
mas cual devotas arpías gozamos de una llaga lacerada.

de falsos honores,
nuestras pobres plumas cubrimos,
y con serpenteante podredumbre
la visible mierda no evitamos

con garbo y fina mojigatería
en la mañana a la puta criticamos,
y en la noche felices
entre el lodo nos revolcamos.

Suaves y olorosos cuerpos mordisqueamos.
al fin fugases placeres
con desdicha y penas,
en el lecho socavamos.

Que felices y lejanas
nuestras voces un día liberadas;
que horribles y demacradas
nuestras heces rebeladas.

Porque somos Pobres almas sedentarias
cargadas sin arrojo;
pobres entes, presos de la estrella ficticia,
miserables huesos, creídos sosegados

y si no es la muerte
que con sus obscuros bríos
una noche tarde
la negra sangre alcance

¿entonces dime como,
Y si no es con falsos valores simulados,
que el alma feliz
de este infierno en celda liberamos?