Cabalgado en su blanco corcel y en su espada su maleta de viaje, sale aquel jinete en busca de una felicidad que no encontró en su reino, se cuenta en los pueblos de aquel caballero de ropa sencilla y fornido caballo una mirada clara como el manantial y una vos suave y angelical. Lo curioso de este caballero era su capa negra y oscura como las noches sin luna. Se narra así aquella corta historia…
Después de las guerras en los reinos se proclamó que todo y toda princesa debía tener una pareja, extrañamente y por cosas del destino hubo un príncipe que nunca tuvo la oportunidad de conocer a una doncella quien lo hiciera feliz, su padre el rey enfurecido le resalto sobre la nueva ley y que sería desterrado de su reino si no hallaba una princesa en el transcurso de una semana, aquel joven no tuvo opción más que empezar. Desde la puerta del reino se veía una larga fila de mujeres las cuales traían en sus manos una especie de currículo u hoja de vida para el príncipe.
De una en una empezaron a entrar e iban saliendo con extraña tristeza pues ninguna contemplaba lo q el joven príncipe quería, ¿qué quería el Príncipe? Finalizando la tarde ya no había candidatas para ser la esposa y príncipe, el rey preocupado por la situación exclamo al príncipe y le dijo. – “hijo, porque no escogiste a ninguna de las hermosas damas que entraron al palacio.” Padre, ellas solo vinieron a mostrar sus virtudes y cualidades – exclamo el príncipe, y ninguna me pregunto acerca de mi vida o mis cualidades. Termino el príncipe con un suspiro.
El rey ya casi en su enojo desterró al príncipe, “volverás aquí casado o prometido, ve y busca lo que has de buscar pero vuelve con una princesa” le grito el rey mientras el señalaba la salida al príncipe. Después de caminar bastante y andar en pueblos y pueblos aquel príncipe nunca encontró a su prometida de sueños. Era difícil que una mujer conquistara su corazón ya cansado y desmanchado por su andar cae al suelo de su caballo el príncipe. en su desmayo una vos le aclama y le dice… “ Hijo solo el hombre tiene el don de conquistar, ya la mujer que conquiste te responderá, la vida es un suspenso, ay que arriesgar para alcanzar si decaes volver a levantarse, hijo mío, descansa de caminar, y empieza desde cero, porque la semana es de 7 días y vuelve a empezar”.
El príncipe se levanta aturdido, toma su caballo y en un eco recuerda lo que su madre le dijo en ese sueño extraño, que sería del príncipe? que pasaría? El suspenso de la vida…