ESTAMOS
Te llamo, estás.
Me llamas, estoy.
Juntos los dos,
los sonidos se mezclan,
los ecos se amontonan,
las palabras vuelan,
se van,
chocan con el aire
y regresan
impregnadas de luz
y de fulgor nuevo,
flamante,
que vino de la nada,
del vacío,
del espacio,
y hoy ocupa un lugar
destacado
en nuestros corazones.
Me llamas, estoy.
Te llamo, estás.
Estamos.
Y el mismos amor estalla
en cristales
de mil colores
que se alejan,
que se unen,
que florecen,
que se marchitan
y vuelven a florecer,
a renacer,
otra vez,
en forma de flores,
de azahares,
pétalos
y mil formas fragantes
que gritan en nuestros ojos
que el amor renace,
vive
y no muere.
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