Sé como el árbol
en mitad de una selva
que habita en nuestro
cuerpo y mente.
Esos habitantes de los bosques
que nos regalan oxígeno,
son tan importantes para el planeta
como el ser para uno mismo.
De dura corteza y fuerte ante los vientos,
lluvias y nieve,
mantienen su existencia
cuando se convierten en la madera
con la que construyen nuestros muebles.
Por eso, con la concentración en ellos
y en la sobrevivencia misma,
pregono insulsas palabras
que no son nada tan fuertes
como los árboles que a diario vemos,
sin oír lo que dicen sus adentros.
Texto agregado el 07-08-2014, y leído por 101
visitantes. (3 votos)
Lectores Opinan
14-08-2021
Honestamente siento que es muy enredado tu poema, quizá la idea es buena, pero habría que trabajarla para alcanzar el sentido real con plena sencillez. Saludo.
JerryMendez
08-08-2014
Un poema muy hermoso! Me encantó! *****Saludos romie
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