LETANÍA
Yo, sembrador de alegría,
transito por éste mundo,
con un pesar muy profundo,
que recito en letanía.
Lo llevo metido en la sangre,
en mi estirpe de poeta,
lo grito a rienda suelta,
zumbando como un enjambre.
Siento si un niño grita hambre,
privado de un mendrugo de pan,
o tal vez un trozo de fiambre,
llorando adolorido como un can.
Lo digo hasta el cansancio,
lo que pasa en mi país,
los niños se mueren aquí,
por carencia en los huesos de calcio.
La leche para ellos es un lujo,
de la carne ni hablar,
el bacalao no se puede comprar,
si los ven, es solamente en dibujos.
El arroz, huevo, berenjena,
ya no se ve en sus mesas,
el espagueti lo ven, sólo en casas ajenas,
sus ojos se nublan, se les nota la tristeza.
Lamentaciones es todo lo que puedo escuchar,
los que planifican ¡Muy bien! Esto ya pasará,
ofreciendo esperanza, que del cielo caerá,
hambre, insalubridad ! La anemia los va a matar!
JOSE NICANOR DE LA ROSA.
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