Hizo sus estudios en el convento de los padres Franciscanos, destacándose por su inteligencia, contracción y disciplina, lo que lo llevo muy joven al cargo de maestro de novicios y destacarse como un insigne predicador.

Su vocación religiosa era evidente y su celo religioso muy grande, su amplia cultura lo lleva al cargo de guardián de la orden, arribando más tarde al de notario apostólico y cronista general de las provincias del Perú.

Su acatamiento a la realeza hispana lo demuestra escribiendo un notable trabajo sobre san Francisco Solano que dedica al Rey Felipe IV, este libro se imprime en Lima en 1630 y en Madrid en 1690, poco después escribe un libro en el que reseña la obra de los miembros de su orden como evangelizadores, cuenta las acciones gloriosas que en tan ardua como edificante tarea realizan.

Escribir biografías atrae a fray Diego de Córdova y Salinas, es así que escribe la vida del venerable fray Andrés Corso, fundador de la recolección en el Perú, después escribe la del hermano Francisco Ruiz, la de fray Juan Gómez, la de Isabel de Porras quien era la abadesa de la orden de santa Teresa de Jesús.

Pero su obra excelsa es “Crónica Franciscana” en la que desvirtúa muchas falsas aseveraciones del Agustino Antonio de la Calancha, este libro fue dado a la estampa en 1651.

Merece citarse también el libro “teatro de la iglesia metropolitana de Lima” que más tarde otro prelado de su orden remitió a manos del Rey, cumpliendo lo ordenado en la real cedula del 8 de noviembre de 1648.

Fray Diego de Córdova y Salinas fue un historiador eminente muy religioso, en cuyo recuerdo escribo esta breve semblanza.