La venganza es dulce (dicen)
Estoy triste. He terminado mi relación sentimental con una famosa cuentera de la Página Azul.
La historia es simple e iba bien encaminada. Todo comenzó con un comentario que ella me dejó en un cuento mío. Me pareció tan acertado que le escribí a su LdV agradeciéndole.
Una palabra trajo a la otra y pronto nos dimos cuenta que éramos el uno para el otro. Ella, bellísima, joven e inteligente llenaba todas mis expectativas y sin quererlo la convertí en mi Musa virtual.
Todo lo que yo escribía, lo hacía para ella y deseaba su aprobación.
Pero… siempre hay un pero, todo ello no salía de lo virtual y yo quería llegar al plano de la realidad. O sea, conocerla personalmente, escuchar su voz y no solo por teléfono. Admirar su figura y no en fotos a mi mail, besar su boca, aspirar su perfume, en fin todo lo que un enamorado desea de su amada. Y yo estaba metido hasta las patas. No sé que fue lo que hacía que mi sangre se encendiera con solo pensar en ella. Me gustaba y me gusta su forma de escribir, su inteligencia literaria, la forma de usar las palabras, la belleza de sus metáforas, etc.
Tanto insistí que un día accedió a que nos conociéramos y decidimos reunirnos para solamente tomar un café. Naturalmente la invité al Tortoni, en la Avda. de Mayo.
Llegué con media hora de anticipación, tal era mi ansiedad. Me acomodé en una minúscula mesa que miraba hacia la calle y cada vez que arribaba una mujer sola, mi corazón latía tan fuerte que me tuve que tomar una pastillita para la presión. (No olviden que hace poco sufrí un infarto y casi no cuento el cuento).
Entraba cada vieja fea, que me daba un respingo. ¿No será que esta mina me mostró fotos de otra o más joven? Y seguían llegando vejestorios, casi todas con el pelo color celeste. Y todas con ánimo de guerra.
Al fin la vi llegar. ¡Deliciosa! Tal como la imaginaba. La foto que tiene en su página no hace justicia a su belleza.
Charlamos de mil cosas distintas y también la invité a cenar. Me miró muy seria y me dijo claramente que solo quería ser mi amiga y que no me hiciera ilusiones con otra cosa que no fuera amistad.
También me escribió algo en una servilleta de papel y me lo dio para que yo leyera cuando estuviera a solas..
Cuando después lo leí en mi casa, me amargué porque decía lo siguiente:
Sube a alcanzarme aquella estrella,
Calcínate en su fuego y
Cae sobre la Tierra
Convertido en cenizas.
Será la única manera de que me eches un polvo.
Por eso es que estoy tramando mi venganza, que será terrible…
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