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Allí no era aquí y ella lo sabía. La distancia era mucho más que unas cuantas calles. Ese suelo la había visto nacer y ahora la vería irse. Todo lo que ella quería era verla una última vez y, tal vez, poder pedirla perdón una última vez. Siempre le habían dicho lo que tenía que hacer y ya estaba cansada de eso. ¿Por qué la gente siempre se mete en lo que no le llaman?
Si no podía estar donde realmente le gustaría estar en ese momento, por lo menos su recuerdo conseguiría hacer lo que ella no nunca pudo hacer en vida.
Pidió a la enfermera un papel y un bolígrafo e intentó escribir algo en el papel pero lo dejó poco después. Sus fuerzas eran cada vez menores y precisaba reservarlas por si acaso.
Con una voz casi rozando el silencio pidió para que la enfermera se acercase. Una vez a su lado le solicitó que anotase con buena letra lo que le iba a decir:
- No dejes que digan de mi lo que yo nunca fui, que si fui eso, que si fui aquello. Busca por ti misma la verdad. Sé que nunca fui la madre que esperabas, pero yo nunca conseguí verte como la hija que tú eras. Me fui yendo y no salía del lugar, estuve siempre a tu lado pero nunca te tuve cerca. Te veía y los ojos me quemaban y así día tras día hasta que de repente un día, tú creciste, miraste adelante y nunca más miraste hacia atrás.
Aquí me quede yo feliz con mi rencor. ¿Por qué las personas son así? El tiempo dicen que lo cura todo y puede ser que sea verdad. Yo no tengo más tiempo, parece que yo misma lo hubiera desperdiciado y ahora alguien me lo estuviera robando.
Antes de que se me agote el poco que me queda me gustaría que comprendieras lo que paso y así puedas comenzar a recomponer el puzle que fue nuestra vida y permitas que el pasado vuelva a tu presente y sirva para crear el futuro mejor que mereces.
Desde que naciste parece que algo no funcionó. El mismo día de tu nacimiento decidí que serías lo más importante en mi vida, pero las cosas ni siempre ocurren como uno quiere que pasen y ya en la vuelta a casa sentí que algo no estaba bien. Deje pasar el tiempo pero esa sensación no pasaba. Tal vez fuesen la soledad y la inseguridad las que me fueron distanciando de ti. Tal vez fuese un miedo que se fue instalando poco a poco lo que me llevo a verte como alguien a quien debía cuidar porque esa es la obligación de toda madre pero no me dejo ir más allá de eso.
Con el tiempo me acostumbre a quererte a mi manera, sin mostrar ningún sentimiento de cariño. Yo pensaba que eso para ti era suficiente hasta que el día que te fuiste comprendí que no lo era. En casa nunca se oyó un grito, ni una pelea: la procesión iba por dentro para las dos…
De repente alguien llamó a la puerta de la casa, la enfermera salió para abrirla después de dejar el papel sobre la mesilla y pedir permiso a la señora. Pocos minutos después volvió acompañada de una mujer de unos cincuenta años que guardaba una increíble semejanza con la enferma. Los ojos de la visita se llenaron de lágrimas nada más entrar. Se aproximó a la enferma y tras mirarla con una mezcla de cariño y de piedad le cogió la mano e instantáneamente percibió que ahora ya nada más les unía. O tal vez no fuese así…
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Texto agregado el 27-07-2014, y leído por 216
visitantes. (1 voto)
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Lectores Opinan |
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17-10-2016 |
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suele pasar cuando se evita hablar a tiempo satini |
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27-07-2014 |
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Está bueno! Rentass |
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