Que azarosa e increíble es la vida, la pasas tratando de ordenarla y ella zafándose del orden, al comienzo la corriente te lleva, y entonces desembocas en el primer puerto que te ofrece calidez, es la etapa mas desinteresada y todo te parece novedoso, tus amigos, tu novia, todo te lo has ganado por ti mismo.
Después se te abren caminos pero conforme caminas ellos mismos borrarán tus huellas...y pasa el tiempo y logras tus metas, tienes descendencia y comienzas a entender a tus padres, a ver los atardeceres con detenimiento por que ya no tienes tiempo como antes para disfrutarlos y llegas a lo máximo de la colina tendrás poco tiempo para enterarte, tendrás amores que te lo recuerden y momentos que volverán a tus sueños en las noches que ellos escojan.
Y vendrán las primeras perdidas y los primeros vacíos, descubres que es desgarrarse el alma, que la vida depende de ese abrazo anticipado...pero el corazón renace de a pedacitos con tu hijo y tu mujer y descubres que es tu familia por la que has de luchar toda tu vida, a ese tiempo reconoces quien es tu amigo y quien no, ¿si las batallas que libraste en harás de la amistad las ganaste? y en mi caso las gane...
Y te vuelves selectivo y sibarita, es la etapa de la madurez y de la experiencia, de trasladar tus sueños a los logros de los tuyos y en cierta forma tu alma se libera y pierdes apegos que antes tenias y finalmente llegas a una estación, esa noche de viernes donde te encuentras contigo mismo y haces un recuento de tu vida.
Ya mañana será otro día y quizás ni te acuerdes de ayer y otra rutina imparable y desbordante te absorberá hasta que el mundo se detenga ante ti nuevamente una próxima noche de viernes. |