Me encuentro en una biblioteca, que podría ser un sueño para cualquier lector: grandes ventanales la recubren y a través de ellos puede verse un paisaje submarino lleno de corales y anémonas multicolores, en donde danzan armónicamente peces, tortugas y mantarrayas.
En el interior de la biblioteca, hay estantes con diversas
clases de libros acerca de todas las ramas del conocimiento humano, en diversas lenguas: antiguas y modernas, vigentes y fuera de uso.
Observo al bibliotecario, tiene un aspecto extraño y sabio a la vez: usa una túnica blanca, sus cabellos son largos y lacios, barba y bigote todos en albo color y porta sandalias doradas.
El me indica que lo siga, caminamos por largos pasillos en donde hay una cantidad interminable de libros de todas formas, tamaños y colores, al llegar al final hay una escalera de caracol, me señala que debemos bajar.
Poco a poco, los peldaños de descenso nos llevan a una especie de bóveda toda recubierta de metal, al fondo se encuentra lo que al parecer es una caja fuerte, el bibliotecario gira la perilla varias veces indicando diversos números, al finalizar la puerta se abre y nos permite el acceso de un módulo más pequeño...
El interior se encuentra lleno de diamantes que parecen refulgir con la luz de mil soles; en el centro de ellos hay una atril con un libro, nos acercamos y leo el titulo en latin en voz alta: "On ego rem, on ego hominem rigor mortis".
Abro el libro, comienzo a leer y sonrío con complacencia, el bibliotecario me observa expectante y yo pronuncio en latín las palabras que espera, sin embargo el conjuro ejerce un efecto aterrador en el bibliotecario: sus miembros se ponen rígidos, la piel de su rostro cae a pedazos en el suelo, al final de todo sólo queda un triste esqueleto.
Y susurro en lo que alguna vez pudo haber sido su oído: "Disculpame, creo que falló el conjuro, esto a veces sucede, lamentablemente no te pude otorgar la inmortalidad que querías. Un error le ocurre a cualquiera."
Sin embargo muy dentro de mi, sé que hice el conjuro mal a propósito para quedarme para siempre con el libro...
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