¡Justicia! grita el pobre en su miseria
junto a su grito, un llanto lastimero;
sólo el eco de la desgracia le contesta,
todos callan, el rico del brazo del banquero
inventan estrategias para ignorarlo,
con una limosna a cambio de su trabajo
inicua recompensa para esclavizarlo…
Antes como ahora, el de arriba sobre el de abajo.
¡Libertad! clama el hombre desde su celda
encarcelado por causa de sus ideales,
buenos o malos, no es libre de tenerlos
en este mundo atroz, como de animales.
Rueda la rueca de la vida para el prisionero
tras de las rejas tiene libertad para soñarse,
alas de cóndor imagina tener para elevarse
en busca de libertad ¡Antes que resignarse!
Fraternidad: ¡Nunca! Les dicen con gesto fiero,
raza distinta eres, tienes otro color de piel.
No importa si huye de la miseria o de la guerra
le cierran los caminos, no hay lugar para él.
Entonces el inmigrante en su odio se encierra,
rumia su venganza, no quiere volver a su tierra
no más hambruna ni muerte donde ha nacido,
indolente vaga por calles que les son prohibidas
¡Para ellos no hay caridad!, desprecio inmerecido.
¿Dónde quedaron el amor fraterno, la justicia y la libertad?
¿Dónde los extraviaste humanidad?
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