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Conducía su auto por la carretera cuando un humo blanco y espeso salió de la capota del automóvil, poco a poco se fue haciendo más intenso, el conductor miro el tablero de controles y la aguja de la temperatura subió hasta llegar a una señal en color rojo; iba por la carretera hacia el oriente del país, el motor del auto empezaba a calentarse, -conduciré hasta donde pueda-dijo, empezaba el atardecer y ya era un poco tarde para realizar unas mediciones de unos terrenos, al costado de la carretera noto un desvió en este había un anuncio que decía “posada para viajeros”, puso la intermitente del lado derecho y cruzo en este, a pocos kilómetros había unas casas ya antiguas dos al lado derecho y tres al lado izquierdo, estaciono el auto en la primera casa y una persona salió al paso, observó el auto y le dijo:
-Se le ha recalentado el motor-
-Creo que sí, así no podré seguir mi marcha-le contestó-observé un rotulo que dice posada para viajeros.
La persona que le salió al paso puso su mano en la capota del auto y rápidamente la quito del mismo, le dijo:
-Está muy caliente, si hay posada, en la última casa que ve allá-
Miro las casas y fijo la mirada en la última dentro de sí pensó: “es la más antigua y descuidada”, estaciono el auto frente a la última casa y le dijo a la otra persona:
-Ni modo, me hospedaré ahí-
A lo lejos se escucharon unos truenos y relámpagos, un viento fuerte levanto un poco de polvo y varias hojas secas que habían caído de varios árboles que estaban a la orilla de la carretera, la otra persona traía varias llaves, probo tres llaves pero ninguna abrió el candado de la puerta principal, la cuarta quito el candado y abrió la puerta, le dijo al conductor:
-Entre que la tormenta pronto llegara-
El conductor saco del auto una mochila de color negro y el aparato con el que hacia las mediciones de los terrenos, la otra persona lo condujo a un cuarto grande, este tenía otra puerta de madera, quito el candado con otra llave y la abrió, estaba hecho en madera, unas columnas lo adornaban hasta el techo estás tenían unos adornos al final en flores, el piso era antiguo con unas figuras geométricas, al lado derecho del mismo había una cama de madera y al otro lado del mismo una mecedora y una silla de madera a la par de esta una mesa antigua, el conductor hizo un reconocimiento con su mirada y dijo: “vaya que si es antigua esta casa”, giro a donde estaba la otra persona y le pregunto:
-¿Quién es el dueño?-
-Fue de un señor que falleció, no la han podido vender, los hijos que tuvo se la están pelando y al parecer nadie cede porque llevan varios años aceptando herencia-le dijo.
-De veras, quizá no dejo testamento-
-Creo que no, señor-le contesto la persona encargada de la casa antigua.
Puso sus cosas junto con el aparato a un lado de la cama, se recostó un poco y notó que la cama estaba muy confortable, de presto un relámpago lo asusto y el goteo fuerte y constante empezó a caer, este se escuchaba más fuerte de lo normal, las gotas que caían en la laminas oxidadas de la casa antigua magnificaban el sonido, salió del cuarto y le dijo a la persona encargada:
-Si hace mucho ruido acá, a ver si puedo dormir-
Una sonrisa se dibujó en la cara de la persona encargada de la casa antigua, y le dijo al conductor:
-Eso no es nada-
-¡Perdón!, como que no es nada-le increpo
-Si oye otros ruidos extraños no se alarme, dicen que la casa esta embrujada y que espíritu del dueño vaga por acá-
Una sonrisa soltó el conductor y le contestó:
-No creo en esas cosas, es mas no existen, no se preocupe dormiré muy tranquilo, a no ser que el espíritu me venga a jalar los pies-le dijo.
La persona encargada encogió los hombros y otra sonrisa se dibujó en su rostro, se despidió del conductor. La lluvia no cesaba junto con los truenos y relámpagos, el viento golpeaba las puertas y ventanas de madera, a veces el viento se introducía por las rendijas que quedaban entre el techo de lámina haciendo que la habitación fuera más fresca de lo normal, mientras estaba entre dormido y despierto escuchó un ruido muy extraño, era una radio que sonaba, un anciano estaba sentado en un sofá de color negro y escuchaba la música, era un vals instrumental, el conductor se levantó de la cama y se acercó muy despacio, la radio antigua sonaba en una estación local, una voz lo sobresalto diciéndole:
-Disculpe si lo desperté con el ruido de la música-
El conductor escucho la voz, miro al anciano sentado en el sofá, vestía una bata color ocre, portaba unas pantuflas color café y tenía un cigarro en la mano derecha, el conductor se sentó frente a éste en otro sofá del mismo color y le preguntó:
-No puedo dormir, no se preocupe ¿se hospeda acá?-
-Se puedo decir que si, acá me hospedo-le contestó el anciano.
El anciano aspiro del cigarro y un humo espeso salió de su boca, le pregunto al conductor:
-¿Qué lo trae por acá?-
-Mi auto se recalentó y no tuve más remedio que hospedarme en esta casa antigua-le dijo.
-¿Antigua? Le parece antigua esta casa-le pregunto el anciano.
-Pues mire el estado en que se encuentra, al parecer nadie se hace cargo de ella o nadie la quiere remodelar-le increpo al anciano.
-Es una lástima que no la quieran remodelar o arreglar, según se la quieren vender-dijo el anciano.
-Si eso dijo el encargado, pero al parecer está en disputa, los hijos del difunto no se ponen de acuerdo en la herencia-dijo el conductor.
El anciano se levantó del sofá, apago la radio y aspiro la última bocanada del cigarro que tenía, lo apago en el suelo, camino por la sala y miró varias fotografías que estaban colgadas en la pared, dijo en voz alta: “que desagradecidos, todo lo que hice y así me pagan”, miro al conductor y le pregunto:
-¿Tiene hijos?-
-Si-le contestó-tengo dos pero están pequeños todavía.
-No entiendo como hay hijos que son malagradecidos y lo dejan a uno solo, sin visitarme al menos una vez al año-dijo el anciano.
-Bueno dicen que nuestros hijos son lo que nosotros como padres cosechamos-dijo el conductor.
-Quizás tenga razón, uno tiene lo que cosecha, pero no debería ser así-recalco el anciano.
De presto estaba en la cama dormido el frío le calaba en los huesos se puso una manta encima para mitigarlo y sintió como unas manos frías le jalaron los pies, se despertó muy exaltado y el sonido fuerte de la puerta de madera lo volvió en sí, era el encargado que la golpeaba muy fuerte, se levantó de la cama y abrió la puerta, le dijo:
-¿Qué pasa?-
-Pensé que se había retirado y no iba a pagarme por el hospedaje-le dijo.
-¡Como cree!-le contestó el conductor.
-Uno de los hijos del dueño de la casa es bien estricto y avaro, me mando a cobrarle-dijo el encargado.
El conductor saco su cartera y le cancelo al encargado, tomo sus cosas y mientras salía de la casa notó una foto que estaba colgada en la pared era de un anciano, al verla se asombró y le dijo al encargado de la casa:
-Disculpé ¿Quién ese señor?-
-Era el antiguo dueño, fue el que le comenté que no dejo testamento y los hijos se están peleando por la herencia-dijo el encargado.
-¡No puede ser! pero si ayer en la noche platique con él-dijo muy asombrado.
-Se lo dije, que el espíritu merodeaba por la casa-
El conductor tomo sus cosas y salió muy rápido de la casa, paso por un taller que estaba en la carretera y un mecánico le arreglo el desperfecto del auto, una manguera que llevaba el agua hacia el radiador se había soltado haciendo que motor se recalentara más de lo normal; hizo las mediciones de los terrenos y regreso ese mismo día a su casa.
Estaban platicando con su esposa mientras sus hijos jugaban en la sala, la televisión estaba encendida y un anuncio de una aseguradora salía en la pantalla de la televisión le dijo a su esposa:
-¿Crees es los espíritus?-
-Pero que dices, no me digas que ahora ya crees en esas cosas, siempre has sido muy escéptico con eso-le dijo la esposa.
-No te preocupes no es nada pero creo que dejare hecho mi testamento-le dijo.
-¡De que hablas! Aunque no es mala idea para dejar todo en orden-le dijo la esposa
El esposo asintió con la cabeza y le recalco:
-Y una cosa más quiero pasar mis últimos días en un asilo, pero por nada del mundo me dejen solo en la casa-

Texto agregado el 25-07-2014, y leído por 161 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
08-11-2014 Te manejas bien en este género. Te felicito. glori
25-07-2014 Ahhh, sentí que se me helaban los huesos hermano. Bien llevado el cuento y escalofriante visita... brrrr Cinco aullidos espeluznantes yar
25-07-2014 Muy bueno tu cuento, me gustó la narración y los diálogos. 5* Nyarlathotep
 
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